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La competencia terminó mas o menos bien. Magnus ganó luego de 7 partidos por diferencia de uno. Porque tres a tres era un número que no parecía lógico y para ser sinceros, ya sentía que los martinis le hacían efecto, tanto a él como a Alexander y para ser doblemente honestos, porque los borrachos dicen la verdad... Alec no podía estar de pie y se apoyaba en el palo.

Se sentaron en las sillas de la barra y ahí se quedaron mientras alguien les traía mas martinis y ambos para no acobardarse se los empezaron a tomar de igual manera. El silencio empezó a incomodar a Magnus quien adoraba hablar de lo que sea e hizo la pregunta mas inadecuada para el momento.

- ¿Y jugas al pool con Jace también? - Dijo tomando lo poco que le quedaba en la copa.

- No, no le gusta perder... - Dijo con una leve sonrisa en su rostro.

- Me imagino, osea que cuando tenes citas no venís a estos lugares.

- No... Yo no... Yo no tengo citas. - Alec miró su copa.

- ¿Por qué.. No? - Magnus lo observo atento ante semejante confesión.

- Bueno, es que... Crecí en el instituto y... Siempre supe que no podría tener lo que querría así que solo... Me acostumbre y acepte que estaría solo. - Alec levantó la vista ante un Magnus que no podía creer lo que decía.- Hasta que llegaste vos...

- Hasta que llegaste vos

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- Alec sos... - Una leve sonrisa que lo retrotrae a algún recuerdo de su infancia o tal vez de algún viejo amor que no se comparaba en nada a Alec, a lo que vivían ahora.- ...Tan inocente.

Tan inocente

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- En algunas cosas

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- En algunas cosas.. Si... No quiero sentirme como si hubiera algo malo conmigo...

- No es eso Alexander es que... - El brujo giró su cuerpo sobre la silla alta, mirándolo y el cazador joven y algo alcoholizado lo imito al ver que este esperaba su movimiento para seguir hablando.- No quiero que esto sea algo pasajero. Me gustas, quiero estar con vos y que las cosas las disfrutemos paso a paso. Por mas que quiera secuestrarte y llevarte a un lugar donde nadie nos encuentre - Alec empezó a reír, claramente pensando que Magnus estaba haciendo una broma.

- ¿Cómo lo de Tokio? - Le comento.

- Algo así... Quiero ir despacio, que conozcas el mundo y.. Que vayamos a París ¿Te gustaría?

- Tal vez en otro momento si... Ahora me gustaría dormir.

Los dos soltaron unas risas contagiosas para ambos porque así era, cuando uno sonreía el otro también y cuando uno estaba mal, el otro también lo estaba. Se habían conectado directo en el alma y por mas que les pesara el no entender ni saberlo. Estaban destinados a ser. A estar. A amarse... 

Cuando volvieron al departamento, los dos estaban en silencio y nerviosos. Ambos habían confesado claramente que sentían algo mas que un simple amorío, que ser amantes y jugar a lo desconocido. Iban en serio y eso tenía una carga particular, una que Alec no sabía cómo llevar y Magnus estaba ansioso por probar. Se durmieron juntos y abrazados, cada uno con su pijama respectivo. Uno que el brujo guardó cuidadosamente en uno de los cajones de la mesa de luz del lado de Alec, porque claro, el ya tenia su lado asignado de la cama. Se besaron y se acariciaron en secreto pero sin apuro. Como si quisieran dormirse en los labios del otro y por poco asi fue. Magnus se acomodo en el pecho de su joven cazador de sombras y recostó con recelo mientras este yacía allí, en su cama, dormido y pacífico, suyo.

Inocencia Interrumpida ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora