Capitulo 1

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Muevo los trozos de tomate de mi ensalada de un lado al otro, tratando de distraerme del incómodo silencio que me rodea.

Observo a papá, que se encuentra sentado a mi derecha con la vista pegada a su celular sin prestar ni la mínima atención a lo que come, y luego frente a mí a Drew, que mastica y traga silenciosamente. Supongo que siente mi mirada fija sobre él, porque me mira con una ceja enarcada.

Hago una mueca frunciendo mis labios y cruzando los ojos. Drew niega con la cabeza, pero una sonrisita divertida se despliega en sus labios de todas formas. Estira su brazo por encima de la mesa y jala un mechón de mi cabello como hace desde que soy pequeña solo por el hecho de molestarme. Le doy un manotazo y frunzo el ceño con falso enojo, pero Drew no borra la sonrisa de su rostro.

Mi hermano se parece bastante a mí, para ser honestos. O tal vez yo me parezco a él, ya que soy menor por cuatro años. Pero solo en lo físico, porque en cuanto a  personalidades somos totalmente diferentes.

Él siempre se hizo cargo de mí cuando papá no podía, por cuestiones de trabajo o de lo que fuera, y la verdad es que con su seriedad, madurez y fanatismo por el orden y el control no es como si le costara mucho desarrollar el papel de nana.

Una vez hemos terminado de comer los tres, vienen las sirvientas y comienzan a recoger todo lo de la mesa. Drew se despide de nosotros diciendo que irá a casa de Zach, su mejor amigo, y que volverá a tiempo para poder irnos todos juntos a la gala benéfica de esta noche. Despeina mi cabello juguetonamente y a pesar de la mirada molesta que le lanzo sale tranquilamente por la puerta.

Amanda, una señora de edad media que trabaja en mi casa desde hace años y a la que aprecio demasiado, me regala una cariñosa sonrisa mientras termina de recoger los platos. Le correspondo enseguida.

—¿Necesitas algo para esta noche, Scarlett?—pregunta mi padre, atrayendo mi atención.

Ganas de ir, pienso, pero me quedo en silencio. Sé lo importante que son estos eventos para mi padre y nuestra empresa, pero no puedo evitar pensar en lo tediosos que son.

Le sonrío y niego con la cabeza.

—No, papi. No me hace falta nada.

Asiente, complacido con mi respuesta. Se levanta para ir a su despacho y al pasar por mi lado besa mi cabello con ternura.

Una vez que papá desaparece de mi vista, suspiro resignada y me levanto de la mesa. Subo las escaleras pesadamente hasta llegar a mi habitación y me acerco a mi cama donde se encuentra Pompón recostado plácidamente sobre un cojín rosa.

Me siento junto a él y acaricio su esponjoso pelaje blanco mientras el felino se refriega contra mi. Tomo mi móvil de encima de la mesita de noche y reviso mis redes sociales. La notificación de un mensaje de Lexi hace vibrar el aparato en mis manos.

Lexi: Te extraño :(

Sonrío observando la pantalla.

Scarlett: ¿Sí sabes que nos vimos haces dos días, verdad?

Su respuesta llega enseguida.

Lexi: Discúlpame por quererte tanto, perra.

Scarlett: Sabes que yo también te quiero <3

Lexi: No me envíes penes, Scarlett.

Le frunzo el ceño a la pantalla.

Scarlett: No era un pene, era un corazón.

Lexi: Si tu lo dices...

Ruedo los ojos. Lexi y sus pensamientos impuros.

Me envía otro mensaje.

Perfecto Caos © (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora