—Así que... besaste a Asher.
Salgo de mi closet y camino hasta pararme frente a Lexi, que no ha dejado de repetir eso desde que le conté lo que ocurrió con Asher en cuanto llegó a mi casa, hace aproximadamente una hora.
La castaña está sentada sobre mi cama con cara de asombro, aún sin poder creerlo.
—Dos cosas. Primero, —levanto un dedo, dándole énfasis a mis palabras— yo no lo besé, él me besó a mí.
—Pero tú le correspondiste —replica con una sonrisa traviesa.
Tiene razón, pero no pienso admitirlo en voz alta. En su lugar, levanto otro dedo.
—Segundo, fue un error. Eso nunca debería haber pasado, así que yo olvidaré lo que hice y tú te olvidarás de lo que escuchaste. ¿Bien?
—¿Y crees que Asher lo olvidará tan fácilmente?
Por supuesto que sí.
Enarco una ceja y me cruzo de brazos.
—Conozco a Asher, Lexi. No debe haber pensado ni dos veces en ello.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—¿Todavía no te has dado cuenta de como es él? —pregunto incrédula—. A Asher le gusta jugar, y eso es lo único que fue ese beso para él. Un juego.
Al terminar de hablar me doy cuenta de la verdad en mis palabras, y me sienta como una patada en el estómago. Finjo desinterés, porque lo que menos quiero es que Lexi piense que en serio me gusta Asher cuando no es así.
Me adentro nuevamente hacia el closet, esperando que Lexi deje el tema.
—¿Y para ti? ¿Fue solo un juego? —me sigue. Se apoya en la pared, al lado del interruptor de la luz, y cruza los brazos mirándome interrogante.
Suspiro. También he pensado en eso.
Sé que Asher no me gusta. No puede gustarme. Pero la emoción ilógica que me embarga cuando estoy junto a él me hace dudar de que esto sea realmente así.
Recuerdo que cuando era niña me sucedió algo parecido. Me sentía inevitablemente atraída hacia él por su forma de ser. La manera en la que era él mismo todo el tiempo sin importarle lo que los demás pudieran pensar me fascinaba, y no podía evitar sentir un poco de envidia. Sin embargo, no me gustaba de forma romántica.
Quizás eso estaba ocurriéndome otra vez, solo que esta vez también se había sumado el hecho de que ahora Asher era increíblemente guapo, provocando que piense en cosas imposibles.
—Solo...me dejé llevar —contesto finalmente, encogiéndome de hombros.
—¿Y desde cuándo Scarlett Highmore se deja "llevar"? —pregunta Lexi irónica.
Volteo hacia ella y le sonrío, en un intento de restarle importancia al asunto.
—Descuida, no volverá a pasar. Ahora, ¿podrías ayudarme a escoger qué ponerme, por favor? No quiero hacer esperar a Brent.
La castaña arruga los labios en una mueca de molestia por el repentino cambio de tema, pero avanza hasta mi lado y observa mi ropa por unos minutos que me parecen eternos.
—Este. Es perfecto —dice, descolgando un pequeño vestido negro. Me lo entrega y va en busca de unos tacones a juego —. Pruébatelos.
Hago lo que me dice y me pongo el vestido. Se ajusta perfectamente a mi cuerpo y resalta el color de mis ojos, pero es... demasiado atrevido.
ESTÁS LEYENDO
Perfecto Caos © (PAUSADA)
Novela Juvenil¿Qué harías si el atractivo -pero insoportable- hijo de los amigos de tu padre regresara a tu vida luego de cinco años? ¿Y si te dijera que es un chico arrogante, provocador, pero condenadamente guapo? ¿Y si solo bastara una mirada de esos salvajes...