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Martes, los martes suelen ir después de un…lunes. En realidad los martes no tienen nada especial, no es un viernes, un sábado o un lunes, es solo martes. Es por eso que TaeHyung no encontraba nada de especial en el día como para que su amigo estuviera tarareando la canción de “Baby Shark” y sonriendo como idiota.
Esa mañana casi cae de espaldas al ver a Jeon JungKook saludando a todos y no siendo un hijo de puta como lo era siempre. Por un momento creyó que aun estaba dormido, pero eso era imposible, su HoSeok lo había despertado con una buena mamada y eso no lo había soñado.
—¿Estas bien? — preguntó con precaución, que su dongsaeng estuviera de buen humor teniendo tantos papeles sobre su escritorio era muy, muy raro. Incluso MiNyu había salido despavorida por que JungKook le había agradecido por el café con una brillante sonrisa.
—¿Por qué lo preguntas? El día es precioso, no hay por que estar triste — arrugó la cara poniendo una exagerada expresión de tristeza — o enojado — frunció el ceño y abulto los labios.
TaeHyung se alejó discretamente de su amigo, algo estaba extremadamente mal aquí y tenía planeado escapar antes de que algo más raro sucediera. Pero sus planes de escape se esfumaron cuando la puerta fue abierta y un hombre de cabello negro y sonrisa tan radiante como el sol entró en la oficina.
—Hello~ — saludó alegremente, TaeHyung babeó por lo guapo que se veía su novio y como si un imán lo atrajera al hombre, se acercó y lo rodeo por la cintura, poniendo su mandíbula en el hueco del cuello del azabache, masajeando ligeramente su vientre.
—HoSeok hyung, que sorpresa, no esperaba verte aquí. — saludó con una sonrisa, viendo como su sonriente hyung trataba de quietarse de enzima a su empalagoso novio.
—Vine a conocer a mis sobrinos, Tae me contó que ahora eres padre ¿Cuándo pensabas presentármelos? ¿He? — regañó, si bien su novio le había contado todo ha cerca de los niños y lo adorables que eran, quería conocerlos en persona, se moría por tener sobrinos a los que malcriar, su hermana, JiWoo, no quería tener hijos, así que tenia la esperanza de que algún día JungKook tuviera hijos y oh! Sorpresa! Tenia dos hijos de siete años.
JungKook sonrió aun mas ante la mención de los niños, sin duda su despertar esa mañana no había sido la mas agradable, esa rata café había estado ladrando en la puerta de los niños hasta que estos despertaron, pero con tan solo escuchar las risitas de los niños, sus niños, sonrió antes de levantarse de la cama.
YoonGi estaba preparando el desayuno en unos sexys pantaloncillos de mezclilla, cabe decir que no desayunó por que no sabía cocinar y YoonGi había dejado muy claro que seria él mismo quien se prepararía el desayuno y las demás comidas, JungKook no vio problema en ello. Esperó a que los niños terminaran de desayunar y los subió a su Lamborghini para llevarlos a la escuela, los niños no dejaban de hablar y contarle acerca de su escuela, y cuando estacionó su auto frente a las rejas de SFS no pudo evitar sorprenderse, jamás imaginó que sus hijos asistieran a una escuela privada, sin duda Min YoonGi quería solo lo mejor de lo mejor para los niños.
Los niños, en su entusiasmo, lo arrastraron dentro de la escuela mientras lo presentaban a todos los que pasaban por su lado. El corazón de JungKook saltó de emoción cuando lo presentaron como su papá, ambos niños tomando sus manos y sonriendo en grande, algo tan sencillo como llamarlo papá lo tenia sonriéndo como un idiota.
—Los niños, mis niños son adorables, hyung. — sonrió deslizándose por la silla hasta que solo la mitad a de su cuerpo estaba sobre la silla. —Tan lindos~
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Strawberry Yogurt [COMPLETA]
Historia CortaMin YoonGi es alérgico al compromiso, de allí que a los diecinueve años siga virgen, pero la pierde en una sola noche con un completo desconocido y semanas después se entera que está en cinta de dos revoltosos y manipuladores gemelos que lo único qu...