JUGUEMOS A ODIARNOS || HOT || JOEL PIMENTEL & TÚ

CAPÍTULO 21

–renegó un poco ante la situación, yo solo me acomode en el sofá para estar más cómoda y veía como el daba vueltas y vueltas con el teléfono en la mano, yo, yo no podía darme ese lujo, porque para mi suerte, deje mi teléfono conectado en la oficina, de seguro Verónica lo vio o me había llamado, oh por Dios, el SPA, dije que iría con ella y ve donde estoy-

TN: ¿ya nos iremos? –Pregunte mientras seguía viendo como daba vueltas-

JOEL: espera que la lluvia pare completamente, la carretera debe estar resbalosa-

TN: bueno, y eso a qué hora será?

JOEL: ¿tanto apuro tienes en irte? Te iras a ver con alguien? –vaya, ha vuelto, el maldito odioso de mi jefe-

TN: no es por eso, simplemente deje mi teléfono en la oficina y quede de ir a un spa con verónica

JOEL: claro –su tono sarcástico no me agrado, pero bueno, como lo supuse, las cosas buenas no duran toda la vida, empezamos nuevamente a jugar a odiarnos, la lluvia termino totalmente, ya estaba oscuro, la verdad no estaba preocupada por mi teléfono si no por verónica, ni le avise que no iría con ella al spa- mañana tenemos trabajo –u comentario me saco totalmente de mis pensamientos-

TN: si, claro –conteste ante lo que dijo- espere –reaccione- ¿mañana? ¿Domingo? ¿Enserio? –Como se le ocurre, es domingo, mi único día de descanso-

JOEL: ¿Qué tiene de malo? Mañana llegan unos amigos y los recibiré en mi casa, Derek y Thomas siguen en la ciudad, y me han estado llamando, pero no escuche el teléfono –después de hablar tanto, yo no podía concentrarme bien-

TN: pero... ¿yo por qué tengo que ir?

JOEL: eres mi secretaria, prácticamente asistente personal, así que tú tienes que estar conmigo siempre

TN: pero...

JOEL: pero nada, vámonos –me levante del sofá, estaba de verdad confundida por lo que pasa, llegamos hasta el auto, estaba todo mojado, Joel abrió la puerta para que pudiera entrar, bueno por lo menos eso estaba bien aún, subí al auto y después subió él, encendió el auto, y condujo hasta la oficina, todo el camino hubo un silenció de verdad incomodo, yo miraba por la ventana del auto, el paisaje era lindo...

- pero numero por la lluvia anterior, llegamos hasta el estacionamiento de la oficina, no pudo el decir nada cuando yo baje rápido del auto, camine hasta el ascensor y espere por el, Joel bajo el auto y fue a donde estaba- ¿Qué te pasa? –dijo mientras se acercaba a mi

TN: nada, necesito mis cosas –dije sin pensar-

JOEL: tanto te urge tu teléfono, cierto –la empresa estaba sola, el ascensor llego y subí, solo escuche que gritaron mi nombre- (TN)!!!!

TN: ash –no hice caso y continúe mi camino, las puertas del ascensor cerraron antes de que el entrara, el ascensor se detuvo y abrió sus puertas, ya era un poco tarde para ser sábado, así que ya no había nadie en la oficina, escuche desde el ascensor que el teléfono de mi escritorio o eso creí, había sonado, corrí rápido a contestar, antes de hacerlo me detuve, ya no eran horas de oficina, ¿Quién podría estar llamando a esta hora? Se me hacía un poco extraño todo, pero preferí no contestar, dejo de sonar el teléfono y me senté en mi escritorio, tome mi celular que aún estaba conectado en el cargador, lo encendí y vi que tenia casi 30 llamadas perdidas de Verónica, 18 mensajes, me había estado buscando buena parte del día, tal vez ella era la que había marcado a la oficina, el teléfono sonó nuevamente, estaba tan concentrada en mi celular que no me di cuenta cuando el jefe estaba llegando y alcanzo a contestar el teléfono-

JOEL: hola!? –rápidamente voltee a verlo, me tomo por sorpresa- habla Joel! ¿Quién la busca? –el seguía hablado y yo viéndolo con cara de asombro- adiós –colgó el teléfono y tomo su celular, no dijo absolutamente nada, así que me atreví a preguntar-

TN: ¿Qué paso?

JOEL: ¿Por qué no estabas al pendiente del teléfono –dijo en un tono, un tanto grotesco, como ya había dicho, el jefe odioso regreso-

TN: disculpe, es que no son horas de oficina –dije excusándome-

JOEL: eso no tiene nada que ver –que grosero, siguió con su maldito teléfono, no me volteo a ver en ningún momento, se recargo en mi escritorio poniéndose justo frente a mi- ¿Qué esperas?