⟮ las crónicas de alaska ryddle: libro 5 ⟯ siguientes libros disponibles en mi perfil.
Durante los últimos años la vida de Alaska no ha dejado de cambiar y sorprenderla siempre con nueva información o sucesos que le hacen cuestionarse muchas cosas...
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( ☆. 𝐸𝑃𝐼𝐿𝑂𝐺𝑈𝐸 ) 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕 𝚜𝚎𝚌𝚝𝚒𝚘𝚗.
━━━━━ iii. 𝘵𝘩𝘦 𝘦𝘱𝘪𝘭𝘰𝘨𝘶𝘦.
Al tocar el suelo con los pies, a Alaska se le doblaron ligeramente las rodillas y el trozo de madera cayó con un golpe seco. Entonces echó un vistazo a su alrededor y se percató de que había llegado al despacho de Dumbledore.
Los directores y las directoras dormían en sus retratos y apoyaban la cabeza en los respaldos de los sillones o el borde de los cuadros. El silencio y la quietud, interrumpidos tan sólo por algún que otro gruñido o resoplido de un retrato durmiente, le resultaban insoportables. Quería salir de allí.
Intentó pasear por el tranquilo y bonito despacho, respirando entrecortadamente e intentando no pensar, pero tenía que pensar, no había escapatoria... Quiso concentrarse en su dolor, en las heridas que tenía, en el sabor a sangre que aún tenía en la boca. Pero no era suficiente.
Era insufrible, no quería pensar en ello, no podía aguantarlo. Dentro de ella había un terrible vacío que no deseaba sentir ni examinar, un oscuro agujero donde antes estaba ella, ahora ya no se reconocía. Lo que había hecho, la forma en que se había comportado... no deseaba estar sola con esa persona...
No supo cuánto tiempo estuvo sola en el despacho, desviando sus pensamientos, pero pareció una eternidad hasta que Dumbledore apareció por la puerta. Alaska no pudo evitar que el hombre parecía demasiado tranquilo para lo que acababa de pasar.
Al principio no miró a la chica, sino que se dirigió hacia la percha que había junto a la puerta, sacó de un bolsillo interior de su túnica a Fawkes, que se veía como un pájaro pequeño, feo y sin plumas, y lo colocó con cuidado en la bandeja de suaves cenizas que había bajo el palo dorado.
—Bueno, Alaska —Dijo Dumbledore apartándose al fin del fénix—, supongo que es hora de hablar.
El director le pidió que se sentara y le explicara, con detalles, que había pasado ese día. Desde el comienzo. Quería saber que misión le habían dado esa noche y que hizo para cumplirla.
A pesar de que Alaska no se sentía preparada para hablar de ello en voz alta, se obligó a hacerlo. Le explicó con exactitud todo lo que había ocurrido ese día.
Comenzó con la llamada que recibió del Señor Tenebroso en la mañana, le explicó que fue con él y allí le dijo cual sería su misión: Llevar a Harry las Departamento de Misterios y entregarle a Lucius Malfoy lo que buscaban. Le mencionó a Dumbledore que no le dijeron para que lo querían en el lugar ni que era lo que buscaban, ella aceptó sin cuestionar nada. Entonces volvió a Hogwarts. Harry ya tenía la idea de ir al Ministerio y ella sólo lo ayudó a asegurarse de que Sirius no estuviera en casa; usaron la chimenea de Snape para intentar comunicarse con él.
