Desahogos del alma

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Intentando reconstruir todas mis piezas rotas que me rompiste de mi corazón, intenté olvidarte mientras intentaba conocer a alguien que me pudiera curar. ¡Gran error! Aunque esa persona tenía todo lo que yo deseaba que tú tuvieras y quisieras conmigo tu recuerdo me persiguió, dañando una y otra vez mis ganas de ser feliz. Eligiéndote a tí por encima de todo mientras mi otra yo sedienta de amor cometía errores uno encima de otros que en el instante yo pensaba que me estaban salvando, que me estaban haciendo una nueva yo sin saber que esas locas aventuras me hicieron recaer aún peor, pero peor aún... Mientras más caía, más te pensaba, menos podía soltarte aunque ya todo estaba roto por tí. Ahora, quiero poner mi felicidad primero, se me presentó la oportunidad pero la persona no podía entender que estaba rota y necesitaba tiempo, aún así lo quise, lo quise... Y no sé qué es peor seguir cortándome con el mismo cuchillo que intentó matarme muchas veces con su filo o intentar encontrar el amor con esa flor llena de espina pero sin embargo bella pero con espinas muy feas.

Las oportunidades se me escapan de las manos, una y otra vez y queda la misma depresiva yo de la madrugada, llorando por querer ser feliz, pero sin embargo se me hace tan difícil serlo por qué entregué todo a la nada y todos quieren recibir pero no me quieren dar a mí. No me quieren dar amor, excepto cuando es tarde algunos se lamentan pero otros no le importan. Y ahí me quedo en soledad y oscuridad preguntando si realmente me quieren como ellos dicen pero por qué sin embargo no vuelven. Yo nunca les fallé aunque me fallaron a mí, aún los espero para perdonar y que todo termine bien entre tantas tragedias. No quiero un final feliz si no quiero un final real, sin rencores, y con corazones limpios.