Desahogos del alma

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Ya ni sé cómo describir mis desgracias junto con mi sentir.

Carta para las personas más insensible que conozco:

Entiendo sus extremismos pero... ¿Porqué son tan insensibles conmigo?
Maldita sea el día en que nací, de verdad no sabes cuanto odio mis cumpleaños por que no hay ningunos desde que entré a la realidad que esté verdaderamente feliz. Joder! No saben cuantas ganas tengo de irme de la mano con la muerte, no saben cuanto deseo que todo esto sea ficticio. Sólo pido tener valentía en poder cumplir lo deseado y tanto anhelado desde que llegué a la pubertad y vi lo mierda que es la vida, y lo dura e cerradas que son las personas. Sólo piensan en ellas y uno que se joda, ni si quiera se preocupan por cómo estoy emocionalmente ni si quiera se han dado a la tarea de cambiar de pensamientos e interesarse de los demás de una buena forma, no de la necesaria diaria y ya. No saben lo rota y destruida que me siento cada vez, que hay confictos duros y quebrantantes, pero sin embargo uno tiene que permanecer sereno? Por supuesto que no, ahora es cuando más estoy sufriendo. Estoy consciente que a todos nos toca sufrir de diferentes maneras para aprender, madurar y cambiar tu ser. Pero cuánta maldición más necesito para ser desdicha de la vida. Juro por lo más sagrado que lucho sin cesar o me rindo cómo un cobarde aunque ganas no quedan y faltas menos. Mis ganas se acaban, me siento  frágil y débil. Mi corazón solloza por ser amado a plenitud y ser construido. Pero yo misma tengo que protegerlo y crear cada día un caparazón nuevo aunque lo terminen rompiendo.