La Verdad del Amor. [Harco]

Capítulo 5.

Ya alejados de donde se toparon tan estruendosamente el rubio lo encamino sigilosamente primero a los invernaderos fijándose que nadie los fuera a ver para tomar unas cuantas hojas y molerlas con algunas sustancias, ya después estaban en otro lugar muy diferente el cual contaba con diversos y extraños instrumentos de preparación.

–¿En dónde estamos?– pregunto Harry con algo asombro apenas llegaron, no recordaba haber visto el lugar en su mapa alguna vez.

–Eso es secreto, ni siquiera deberías de estar aquí. Se supone que esto es "exclusivo" para Slytherins pero ya que, mejor se útil y venme a ayudar.– respondió mientras ponía en fuego un caldero que estaba ahí con unos ingredientes.

El moreno mejor hizo caso y por al menos unos quince minutos estuvieron elaborando una especie de ungüento, claro que con los típicos comentarios ya esperados de Malfoy como... "¡No le vayas a poner más de eso! fíjate bien en las cantidades que te digo, no andes en las nubes Potter que si lo arruinas..". cuando ya lo tuvieron listo se sentaron unos segundos a enfriarse y el rubio procedió a aplicarla.

–Está muy inflamada, tal vez necesites más aplicaciones.– Dijo poniendo agua oxigenada con un paño. 

–¡Auh!– siseó.

–Deja de quejarte, no arde tanto.–replico el oji gris.

–eso es lo que tu crees.– ironizó con evidente desacuerdo.

– ¿Por qué mejor no me dices como diablos obtuviste esto?–  miró expectante.

–Bueno yo... – trato de responder ante su incomodidad.

–¿Fue Umbridge verdad?– Al ver que no cedía saco a relucir lo evidente haciendo asentir levemente al moreno.–¡Joder! ¿Por que no la has denunciado?– cuestiono algo impaciente.

–¿Y Para qué? ...No le quiero dar el gusto a esa mujer.– contesto algo cohibido.

–Vaya ahora me saliste hasta orgulloso San Potter, ¡como que para que! si esto inflige un montón de cosas que el grandioso Dumbledore ha puesto y aparte, es inaudito.– obvio algo molesto– Pásame eso de allá.– señalo.

–Lo se pero no tiene caso, no vale la pena hacer revuelo por una estúpida cicatriz*.– alzó los hombros para pasarle lo que pidió.

Draco que le estaba vendando la mano entendio muy bien a lo que se refería pero no dijo nada al respecto.

–Aún así está mal pero si tu quieres seguir sufriendo allá tu.–respondio con un bufido.– listo, ya te puedes ir.– señalo.

–Gracias Malfoy.–sonrió por lo bajo.– Oye...– vacilo un poco ante lo que diría.

–¿Qué?–

–Se podrá sonar algo tonto pero, ¿Por que me ayudas?– completó finalmente.

Draco lo regreso a ver con las cejas levemente alzadas por la pregunta que lo descolocó un poco.

–Bueno, te ayudé porque para mi desgracias te debía una. Y a mi no me gusta deber cosas, no es para tanto ¿Por qué la pregunta?.– respondió casi como si nada.

–Es que se supone que me odias...– susurró bajito.

–No te odio.–contestó.– Que tu seas un idiota es otra cosa.–