Cap. 9

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Segundo año.

—¡De acuerdo, hay que tomar una foto de toda la familia con el cumpleañero!— gritó el rubio mayor.

—¿Con Menma o con Naruto?— preguntó un rubio de cabello largo.

—Este... Con los dos— empezó a acomodar a todos, de forma que la pequeña familia de tres, quedara en medio.

—Si me aplastan, será tu culpa, papá— habló el de cabello largo—. Moriré por tu culpa.

—Ay, Dei. No estas tan bajito— le dijo con obviedad.

—¡Pero tu hijo es un bendito gigante!— se quejó.

—¡Deidara! ¡Ya!— le gritó la pelirroja.

Después de tanto parloteo por parte de Deidara, la foto se tomó, a pesar de que al final él reclamó que se seguía viendo muy bajito.

—Ay, Dei. Pequeño Dei. Aun así te ves adorable— ¿el serio de Itachi Uchiha le había dicho adorable?

¿Adorable? ¿En serio?

—¡¿A quien le dices adorable hijo de tu Uchiha madre?!— y así una pequeña pelea comenzó entre esos dos.

Mientras ellos peleaban, alguien comenzó a tocar el timbre de la mansión Uchiha. Mikoto gritó que fueran a ver quien era, pero nadie parecía estar al tanto del sonido que el aparato hacía.

A final de cuentas, Mikoto fue a abrir la puerta, encontrandose con un pelirrojo algo... Bajito.

—Este...

—¿Esta Itachi?— miró a la azabache que lo veía extrañada.

—Este... ¡Sasuke!— se dio la vuelta, dejando al pelirrojo afuera.

—Busqué a Itachi, no a Sasuke— murmuró.

Sacó su celular para ver la hora y fue cuando alguien se puso frente a él. Vio y era Itachi, con su cabello desordenado.

—¡Sasori!— gritó y le abrazó—. Mi amigo Sasori, sí viniste— hizo que entrara.

En la sala se encontraba el joven matrimonio con su hijo. Saliendo de la cocina estaban las dos mujeres mayores, y entrando por la puerta del patio, estaba un rubio, tratando de arreglar su cabello, el cuál tenía algunas ramitas y hojas secas.

—Eres un infeliz, Uchiha— se acercó al azabache y le dio un puñetazo en el pecho.

—Ay, Dei— sonrió un poco.

El rubio seguía tratando de quitar las basuritas que habían, cuando notó como cierto pelirrojo le observaba con determinación.

—¿Tú que miras?— le encaró.

—¿Por qué no te amarras el cabello?— el rubio frunció el ceño—. Te verías mejor de lo que te ves.

—Oye Saso, ¿no vienes?— no supieron cuando el azabache se había ido.

El pelirrojo se fue y dos rubios se acercaron al de cabello largo.

—El te coqueteó— dijo Naruto.

—¿Eh?— le vio confundido.

—Sí, fue un coqueteo, muy a su modo, pero lo fue.

Fue un coqueteo.

>•<

—A ver Menma, di ah...— hizo la acción y el pequeño negó—. ¿Por qué?

El pequeño comenzó a balbucear y a hacer pucheros. Naruto suspiró rendido.

—Ya me voy, dobe— el Uchiha salió de la habitación rumbo al comedor—. Nada mas voy y regreso.

—Sí, teme— suspiró y el azabache se quedó de pie junto a donde estaban.

—¿Qué pasa?— vio al bebé jugando con la cucharita de plástico.

—Menma no quiere comer.

—Menma— los ojitos azules de posaron en él—. Tienes que comer.

Agarró la cucharita y el plato donde venía su papilla, agarró una pequeña porción y la acercó al pequeño, que al instante abrió su boca y comió.

Naruto lo vio con traición y Sasuke vio a ambos.

—No es tan difícil.

>•<

—Si tu jefe no te agrada, ¿por qué no renuncias?— preguntó el rubio, mientras pasaba su mano por el brazo del contrario.

—Me costo mucho obtener el trabajo, no lo dejare solo porque mi jefe es un idiota— pasó su brazo alrededor de la cintura del otro.

—Cualquier cosa prometeme que me dirás.

—Te lo diré, lo juro.

—Te amo, teme.

—También te amo, dobe.

Ambos cerraron los ojos, dispuestos a dormirse cuando, de repente, el llanto de un pequeño se escucho en toda la habitación.

—Menma también nos quiere— dijo el Uchiha con los ojos cerrados.

—Lo dudo— rieron.

—¿A quien le va? ¿A ti o a mí?

Ambos se amaban.

Veinte Días. ~NaruSasu~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora