Cap. 26

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—Sólo tienes que mostrar tu encanto, ¿de acuerdo?— asintió.

—¿Cómo es esa mujer?

—No sabría decirte, pero yo creo que ha de ser muy linda y amable— le sonrió por el retrovisor—. Hay que ser positivos.

Se estacionó frente al lugar que el Uchiha le había dicho.

—Llegamos...— vieron por la ventana y se encontraron con el azabache yendo hacia el auto—. ¿Poderes de padre?— bromeó y ambos rieron.

—No, Itachi. El no quiere hablar contigo— rodó los ojos y vio al rubio—. No sé donde pueda estar.

—¿Es tu hermano?— susurró—. Dile que no estoy.

—Itachi, me tengo que ir— se quedó en silencio—. Sí, claro. Adiós.

Se apartó el celular de la oreja y lo metió en el bolsillo de su pantalón.

—Dice Itachi que quiere hablar contigo el día de la boda— abrió la puerta para que el menor bajara.

—Pero yo no...— hizo un puchero—. Aparte, invite a alguien para ese día.

—Eso a mí no me importa...— tomó la mano del infante—. Si quieres esperar o si te quieres ir. Como quieras, de todos modos traigo mi auto— se dieron la vuelta—. Adiós, Dei...

—Suerte...— murmuró.

Se quedó viendo hacia donde el azabache, de repente su celular comenzó a sonar. Lo sacó de su guantera y contestó.

—¿Quién habla?

Hola...

>•<

El señor Uzumaki vendrá en un momento— dijo Ten Ten y luego salió.

El pequeño Menma y él se quedaron solos, en aquel lugar tan grande. Ambos podían apostar que era mas grande que su casa.

Tomaron asiento en uno de los sillones que allí se encontraban. El Uchiha le acomodó un poco su cabello al menor.

—Papá, ¿tú conoces a la prometida de mi papá?— el pequeño tenia su ceño fruncido.

—Sí...

—¿Es buena? ¿Es amable como mi abuela Mikoto o mi abuela Kushina?

—Es algo... diferente a ellas dos— dudó un poco su respuesta—. No es mala

«—Es como una bruja que sólo piensa en ella—».

—Pero...— la puerta se abrió, interrumpió al menor.

—Sí, Hinata. Ya llegaron— los dos vieron como la pareja entraba.

Sasuke supo de las intenciones que tenía la Hyuga desde el momento en el que la vio entrar.

La chica tenía un vestido demasiado costoso y brillante para su gusto. Tenía un escote dejando ver sus proporcionados pechos y un escote en su espalda, hasta la altura de su cintura.

Llevaba un pequeño abrigo de piel, tacones altos. Peinada con el típico peinado que ocupaban las mujeres de las películas cuando iban a las fiestas; con caereles cayendo a cada lado de su rostro.

Veinte Días. ~NaruSasu~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora