Cap. 18

4.6K 488 101
                                    


¡¿Pero papá esta bien?!— el azabache tuvo que apartar el celular de su oído por el repentino grito.

—Sí, ya esta mejor.

¿Esta contigo? ¿Puedo hablar con él? ¿Le puedes dar el número de la casa? Si se siente muy mal que me llame al rato...

—Menma...— le llamó.

—¿Es Menma?— el rubio salía hacia la sala con una toalla secando su cabello.

¡Pasame a papá!— el azabache cerró los ojos y le entregó el celular al Uzumaki, soltando un suspiro.

—Hola, Menma— el Uzumaki veía al ojinegro, quien se iba a sentar al sofá de la casa. Se veía estresado.

—Papá me dijo que te ibas a morirsollozó.

—¿Eso te dijo?— arqueó una ceja y le sonrió al Uchiha, quien le veía algo sorprendido.

No con esas palabras, pero me lo dio a entender... ¿Te vas a morir?

—No, pequeño, no me voy a morir, sólo tuve un ataque de asma— sonrió.

¿Un ataque de asma?— preguntó—. ¡Abuela Mikoto, ¿qué es un ataque de asma?!

Naruto pudo escuchar, aunque a la lejanía, la respuesta de la azabache: "Es lo que de vez en cuando te pasa, amor".

El ojiazul frunció su ceño y miró a Sasuke; ahora parecía que no conocía a su propio hijo.

—Bueno, dice mi abuelita que ya voy a comer. Le hablare al rato a papá, le dices que lo quiero mucho y a ti también...

—Yo le digo...— sonrió con ternura—. A...— fue interrumpido.

—Los esperare mucho en la casa... A los dosel rubio se pudo imaginar la sonrisa que adornaba la cara del azabache menor—. Adiós, papá.

—Adiós, Menma— el menor cortó la llamada.

El rubio se acercó al ojinegro y le acercó su celular, cuando este lo tomó él se sentó a su lado.

—No me dijiste que Menma tenía asma.

—Naruto... ¿Cómo querías que te dijera?— alzó la mirada y le vio—. Después de esa noche no te volví a ver.

—Sabías donde estaban mis padres— le reclamó.

—No tenía tiempo... Solo vi por Menma, no me importo nada más.

—¿Cómo no ibas a tener tiempo? Sólo tenías que cuidar a Menma, sólo eso— alzó la voz.

—¡¿Y quien me cuidaba a mí de las crisis que tuve?! ¡Nadie! Yo me hice responsable de mi hijo; tuve tres trabajos para poder solventarnos bien, cada vez bajaban más mi sueldo en el restaurante— le vio con enojo.

Veinte Días. ~NaruSasu~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora