Ilusiones

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Cuatros meses después...

Trabajar en Núremberg no había sido sencillo, le costó establecerse en aquel vecindario y a la casa, ahora ese departamento le resultaba cómodo ya que era más sencillo de limpiar y era únicamente para su intimidad, Ludwig llegó a poner a orden a una comandancia mediocre que apenas sabía lo que era usar la radio, sin embargo solo debía pulir las habilidades de sus ahora compañeros de trabajo, era respetado hasta un punto muy alto, seguía en el papel de no ser muy social sin embargo en algunas ocasiones podía rebasar esa línea

– Señor Ludwig le traigo mi informe

– Gracias George

George Dimitrov era un recién graduado pero con potencial, el chico había desarrollado una admiración por su comandante y esperaba todos sus elogios, quería llegar a ser jefe algún día, Ludwig le daba apoyo pero su idea era mantener neutralidad en sus ilusiones, es bueno volar pero mejor mantenerse cerca del suelo

– Señor

– ¿Qué pasa George?

– ¿Usted quisiera ir a beber con nosotros? Tenemos espacio y...

– Gracias pero estaré ocupado está tarde, quizás en otra ocasión

– Señor perdone si me meto pero ¿Porque se aparta de nosotros? ¿No confía en su equipo?

– Mira George tengo mis asuntos que en mi opinión son de más relevancia, si gustan puedo ir mañana con ustedes

– ¡¿De verdad?!

– Si pero hoy paso

Era viernes por la noche, su hermano le visitaba para ver cómo iba todo, además tenía una importante llamada ese día, se trataba de la persona más importante hasta ahora, Feliciano Vargas, su pareja y el dueño de sus desvelos, Ludwig no había aclarado a su equipo que las "llamadas importantes" se trataban de su pareja, tenía miedo de que Feliciano fuese muy directo pidiendo que alguien le pasara la llamada a su novio o sea a él mismo, pero fue una sorpresa la actitud de Feliciano, ya que desde la primera llamada fue muy formal en cuestión de como dirigirse y pedir que le comunicarán con el comandante, esa tarde no fue la excepción, George atendió el teléfono de la oficina mientras que el rubio leía el informe:

– Comandancia ¿Quién habla?

Buenas tardes, disculpe ¿Podría hablar con Ludwig Beilschmidt?

– ¿Quien lo busca?

El maestro Feliciano Vargas

Siempre se trataba de la misma persona, un chico de acento Italiano que llamaba por las tardes, Ludwig siempre interrumpía su trabajo por esa llamada en concreto, si era alguien más que no fuese su hermano o "el maestro Vergas" les pedía que llamarán más tarde y si alguien desviaba la llamada o se enteraba de que alguien no le pasó a la persona habría una reprimenda terrible, George tenía que salir del despacho para dejarlo hablar, siempre era así:

– Hola Vargas

Ciao~ Luddy ¿Cómo estás? ¿Cómo va el trabajo?

– Algo lento pero todo bien ¿Cómo está tu viaje en Irlanda?

De maravilla, hay tantas cosas aquí y demasiada cerveza, me recuerda mucho a ti ¿Sabes?

– Me gustaría estar ahí contigo

Un día te traeré a dar una vuelta, beberemos y estaremos tan borrachos que cuando hagamos el amor no vamos ni a poder quitarnos la ropa de encima

– Rayos Feliciano... deja de tentarme

Me gustaría hacerlo~

– ¿Qué harás luego de Irlanda?

Nuestros Días [HETALIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora