En cuanto acaba de decir esas palabras, me separo de él, librándome de mis sentimientos y siguiendo al grupo. Necesito acabar esta prueba. No sé por qué se me ha ocurrido decirle a Justin que viniera con nosotros.
Voy detrás de Liam cuando me doy cuenta de que acaba de pasar sobre algo que parece piedra. Parece no percatarse de nada, ya que la pisa.
- ¡Liam, espera! – chillo, aunque más bajo de lo que esperaba. No necesito que los demás grupos se den cuenta de que estamos aquí. La piedra parece afilada y fina. Si encontramos un conejo, la podríamos usar para degollarlo.
- ¿Qué? – me contesta.
-Esa piedra... - digo, señalando la piedra que acaba de pisar, así que baja los ojos al suelo –, esa piedra la podríamos usar para el conejo, ¿no crees?
-Puede. Cógela. Por si acaso, ¿sabes? – asiento y me agacho para cogerla, cuando me doy cuenta de que no veo mis pies.
Me estoy hundiendo. Y no puedo salir.
Me esfuerzo en hacerlo, pero no puedo.
- ¡Ayudaaa! – chillo, con la intención de que alguien se gire y me ayude. Aunque Abby y Liam ya se han ido. No he visto si Justin los ha seguido, así que supongo que seguirá detrás de mí. Intento girarme como puedo y localizo a Justin acercándose a mí, aunque parece no percatarse. Vuelvo a chillar. Esta vez se da cuenta y empieza a correr. No es que esté corriendo muy rápido, pero es que las ramas del suelo tampoco se lo permiten. Las ramas. ¡Las ramas! - ¡Justin, coge esas ramas!
Justin me mira incrédulo y pasa de mí. Se acerca hasta donde estoy yo e intenta cogerme de los brazos para sacarme. El barro casi me llega a la cadera, y lo estoy pasando mal.
- ¡Justin, joder, coge las ramas! – le chillo, desesperada.
- ¿Te crees que no he pensado ya que las ramas sirven para leña? ¿Te crees que soy tonto? – un poco sí, la verdad, pienso –. Las cogeré cuando te saque de ahí.
-Escúchame Justin... - empiezo a decir.
- ¡Joder, que no! Te vuelvo a decir que las cogeré luego.
- ¡Justin, que me escuches, joder! – chillo. Ahora parece escucharme –. Coge todas las ramas que puedas y tráelas aquí – Justin obedece. Una vez ha puesto unas quince ramas a mi lado, le explico –: Ahora vas a poner tres palos juntos, y los enganchas con esta goma – me quito la goma de pelo de la muñeca y se la doy. Él la coge, y veo que le tiemblan las manos –. ¡Eh! – desvía su mirada de mi mano a mis ojos –. Tranquilo. No sé por qué estás temblando, ya que la que está a punto de hundirse en barro soy yo, y no tú.
- ¡Joder, Lydia! Es por eso exactamente. ¿Acaso no te has dado cuenta de que si te ahogas es por mi culpa? ¿Porque no puedo sacarte? ¡Es mi responsabilidad, joder! Y no quiero que te hundas – pronuncia la última frase en un susurro –. No me lo perdonaría nunca.
*NOTA DE AUTORA*
¡Helouu!
Aquí tenéis una joyita de Justin y Lydia.
No escribo esta historia desde el año pasado y casi se me ha olvidado un poco.
Pero.... ¡no pasa nadaa! Aquí estamos y ya está el CHAPTER 9.
Y eso....
En fin...
Me estoy enrollando mucho...
Así que...
Byeeee,
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Cerebros Desconocidos
Science Fiction"Aunque no todo dura para siempre. *1 año antes* Me encuentro en un espacio supuestamente cerrado. Paredes, sofás, ni una ventana, dos puertas automáticas, y todo es blanco. Supongo que aquí dentro somos unas veinte personas, las cuales estamos sent...