Bieber Enterprises [RML] [JB]

Capítulo 2 "Estoy en problemas"

—¿Cómo te fue en la entrevista?—pregunta Camila entrando al departamento, tira su bolsa al sillón y se sienta a mi lado.

—No entré—finjo.

—¿Cómo? ¡Oh por Dios! Son unos idiotas—Dice con la mirada sorprendida.

—No les digas idiotas a mis jefes—digo con una sonrisa que al instante se le contagia.

—Entonces ¡ya es tuyo el trabajo! Felicidades—me da un abrazo, después me pega en el hombro.

—¿y eso por que fue?—pregunto sobándome.

—Por mentirme, me pudo haber dado diabetes—dice dramáticamente. Ruedo los ojos y sonrío.

—Bueno, según la señora Collins, quien me entrevistó, ya estoy dentro, solo falta que el señor Bieber me de el "buen  vistazo" como dijo ella.

—Por su apellido me suena a que es de los dueños.

—Es el dueño—respondo encogiéndome de hombros.

—Seguro es un viejo de cincuenta años amargado, pero podrás con eso—dice dándome ánimos.

—Esta mañana me lo topé en el elevador, no pude ver su rostro ni nada, unos tipos lo tapaban.

—vaya

—Como sea, ¿tienes hambre? Prepare macarrones con queso—digo levantándome del sillón dirigiéndome a la cocina.

—Si—responde siguiéndome. Se quita los zapatos de tacón color rojo y los lanza a sabe donde.

—Estás algo cansada ¿he?—murmuro con la boca llena de comida, estamos en confianza.

—Es poco, estamos haciendo una campaña de publicidad enorme.

Después de cenar yo limpié la cocina y Camila se dirigió a su habitación, comprendo lo cansada que está así que me ofrecí a hacerlo.

Posteriormente me dirigí a mi habitación (lo cual era el closet de Camila ya que es su departamento pero ofreció sacar su ropa para darme el espacio) es un pequeño cuarto, donde tengo una cama individual y unas cuantas prendas de ropa en un pequeño mueble color blanco. Hay otra habitación pero es donde se queda la mamá de Camila, ella viene de vez en cuando así que no es correcto que yo tomé su habitación.

A la mañana siguiente desperté muy entusiasmada y nerviosa debido a la entrevista que tendría en unas horas, así que me arreglé lo más decente posible, pantalón blanco apretado y formal, camisa negra, y un saco blanco encima, con unas zapatillas altas color blanco, y mi labial rojo.

Llegue al edificio veinte minutos antes lista para la entrevista y recorrí el mismo camino que recorrí ayer, me presenté con la señora Collins dándole los buenos días y preguntándole por el señor Bieber.

—Lo siento señorita Loren ¿No recibió un correo esta mañana? El señor Bieber llegará en dos horas.—dice la señora examinándome como solo ella sabe hacerlo.

—Uh, no lo hice, pero no hay problema, puedo esperar.

—Me gusta estar sola, y en silencio, pero puedes ir a la cafetería de enfrente a distraerte un rato—dice mientras escribe en un cuaderno que está en su escritorio.

Entiendo que me dice sutilmente vete, y con una sonrisa asiento y me voy.

¡Que carácter! Pero yo no seré quien la contradiga, solo soy una aspirante, necesito mantenerme amable.

Reviso mi bolsa y sólo tengo cuatro dólares, vaya, me alcanza para tan sólo un café y bueno, qué más puedo pedir, eso es suficiente, me dirijo a la cafetería para comprar algo de café pero me doy cuenta que a un lado hay una tienda de ropa prefiero dirigirme a ella para distraerme, serán dos largas horas así que tengo que hacer tiempo.

Después de recorrer la tienda de ropa y otros puestos, veo en mi celular que solo faltan unos minutos para que llegue el señor Bieber, así que me dirijo a la cafetería ya que de verdad quería un café y después voy al edificio.

Cruce la espaciosa calle apresurada ya que el tiempo se me fue comprando el café, pero choco con una figura masculina que acaba de bajarse de un auto color negro. 

Abro la boca con sorpresa cuando veo como he derramado café en su traje formal color azul marino y se me cae la cara de vergüenza, el tipo se voltea y me dirige una mirada reprobatoria mientras cuelga su llamada.

—Lo siento—digo asustada, trato de sacudirlo pero el toma mis manos y las aleja.

—debes tener más cuidado—dice con seriedad, por primera vez alzó mi vista y nuestras miradas se cruzan, ahora el panorama son un par de ojos color miel muy brillantes, y me hace estremecerme por la profundidad en ellos. Después observo sus facciones en conjunto, labios color rosa con crema, nariz definida, largas pestañas y cejas tupidas, color de piel blanco pero en algunas partes rosa debido ¿al enojo? Que seguro yo provoqué al derramar mi café.

—Lo siento, tengo una entrevista en esta empresa y por ir a la cafetería se me ha hecho tarde, quiero decir, llegué temprano pero no sabía que mi jefe iba a llegar dos horas después, y bueno... solo quiero llegar antes que el y causar una buena impresión, dicen que el es algo gruñón y despiadado, pero yo necesito el trabajo—hablo tan rápido que no me doy cuenta que le estoy contando las últimas horas de mi vida y me siento patética.

—¿Tu jefe trabaja en esta empresa?—pregunta algo burlón y mi ceño se frunce ¿se está riendo de mi?

—Para tener el trabajo solo necesito presentarme con el, según la señora Collins, pero seguro ya pasaste por eso, ya que supongo que trabajas aquí.

—Es un dolor de cabeza—dice serio—pero el te espera en su oficina—dice dándose la vuelta y caminando adentrándose al edificio.

Mi corazón late con fuerza, debido al susto, pero después de ver la espalda cubierta de café del de ojos miel suelto una carcajada para mi sola.

Entro al edificio y veo que elevador se está cerrando, así que espero a que se vuelva a abrir para subirme en el.

Después de llegar al piso de arriba, pregunto a una recepcionista por la oficina del señor Bieber, ya no deseo tener contacto con la señora Collins, por eso no acudí a ella.

—al fondo del pasillo, una puerta doble color oscuro—dice la chica de cabello rubio teñido y sigue con su vista en el monitor.

¿Qué nadie puede verte a los ojos aquí? Sacudo la cabeza y camino a lo largo del pasillo hasta llegar a la puerta doble que mencionó la anterior chica, suspiro y tocó dos veces la puerta.

—Adelante—responde una voz masculina y ese es mi pase de entrada.

Entro a la oficina y me llevo una gran sorpresa.

—Cierra la puerta o tu jefe podría molestarse, es algo gruñón y despiadado—dice repitiendo las palabras que yo antes dije.

Estoy en problemas.