💍CAPITULO DIEZ💍

3.5K 399 87
                                    


No era normal estar vomitando, y menos por una comida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No era normal estar vomitando, y menos por una comida. Tal vez solo estoy pensando demasiado, quizás sea el jet lag. No podría ser otra cosa. Porque en ese caso, mi celo no debería haber llegado... Pero esta vez, lo único que quería eran mimos. Aun sentado en el suelo del baño, se golpeó la cara con las manos. Estaba volviéndome loco, no era lo que pensaba.

Pasaron tres semanas desde que comencé a vivir con JungKook. Cada vez que amanecía, intentaba que se notara mi amor. Su desayuno estaba listo y su ropa bien ordenada. Eran las mismas cosas que hacía por Jackson cuando vivíamos juntos, y con esto esperaba obtener algún gesto de cariño de él o algún elogio. Era patético.

Miré fijamente en una dirección cuando apagué la estufa. Mi estómago se sentía extraño, tenía mucho sueño y antojos tan extraños. Su lobo rogaba por hacer un nido.

Por más que hablaba con el lobo de JungKook por las noches o con JungKook, él ignoraba mi aroma. Así de simple, comenzó a dejar de olerlo. Agradecía la comida y las atenciones, pero siempre decía que no lo hiciera.

Incluso cuando nos disponíamos a dormir juntos, él durmió en el sofá la primera noche y al día siguiente llegó un nuevo colchón para la habitación de invitados. Íbamos a dormir en dormitorios diferentes. Decía que no quería estar cerca de mí, que mi presencia lo ponía incómodo. Sin embargo, su lobo tomaba el control de él y todos los días lo encontraba aferrado a mi cintura, marcándome con su aroma.

 Sin embargo, su lobo tomaba el control de él y todos los días lo encontraba aferrado a mi cintura, marcándome con su aroma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aunque Jungkook dijera que no quería estar cerca de mí, la mayor parte del tiempo estaba a mi alrededor en el departamento. Traía su trabajo y lo hacía en la sala, donde podía verme. Justo después de la cena, Jungkook se durmió en el sillón mientras revisaba unos papeles de la editorial. Coloqué una manta sobre él y le di un beso en la coronilla. Estaba tan enamorado.

Antes de la cena, había hecho la compra por computadora y agregado al carrito una prueba casera de embarazo. No habíamos tenido relaciones desde la última vez, pero él seguía sintiéndose enfermo todas las mañanas y su aroma poco a poco comenzaba a cambiar. Lo sabía. Él y su lobo lo sabían.

Me di un baño, mirándome al espejo. Pensé que era una tontería, pero mi vientre estaba creciendo. Un pequeño bebé, muchas veces lo había planeado con Jackson. Se estaba haciendo realidad. Sonreí, pero el alfa parecía no darse cuenta de lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Me puse ropa cómoda para dormir. Justo después de que llegara el repartidor, cuando lo hizo, firmé los papeles de entrega. Tomé la prueba de embarazo y corrí al baño. Me senté en el baño, esperando una eternidad y, finalmente, vi que era positivo. Tapé mi boca, ahogando un grito de felicidad, y guardé la prueba para acostarme.

Me acomodé en la cama, abrazando mi vientre, lleno de felicidad, y cerré los ojos con tranquilidad. La puerta del cuarto se escuchó a las 2 de la mañana. El ruido de ropa cayendo al suelo me hizo abrir los ojos y sentir cómo Jungkook se metía en la cama, abrazándome por la cintura, pegándome a él, poniendo su nariz en mi cuello e inconscientemente acariciando mi vientre.

—¿Terminaste el trabajo, cariño? —pregunté, acariciando las manos de Jungkook con amor. Me volteé para quedar en su pecho.

—Ya casi termino. Solo me faltan unos detalles y el artículo nuevo que escribirán en la revista electrónica. Vamos, sigue durmiendo —me olió de nuevo y me abrazó más—. Hueles muy bien, T... —lo interrumpí con un pequeño beso. El alfa sonrió y se durmió profundamente.

Sabía que dirías otro nombre, aunque doliera pensar que había alguien más que te ayudaría a dormir bien. Cerré los ojos y no tardé en quedarme dormido.

Me desperté cuando Jungkook, de mal humor, se alejó en la cama y se dio la vuelta, fingiendo que dormía. Lo noté por su respiración y observé lo que hacía. Eran las seis de la mañana. Miré el rostro del alfa, frunciendo los labios, y su entrecejo fruncido me hizo sonreír. Acaricié su espalda, lo que lo hizo estremecerse en mis manos.

Me levanté para preparar tu desayuno, como todos los días. Organicé tu traje. En esta ocasión, sería uno de color vino tinto. Lo colgué en el perchero del vestíbulo.

Salí de la recámara, sabía que me seguías con la mirada en cada uno de mis pasos. Guardé tus papeles de manera ordenada en tu maletín. Caminé a la cocina para preparar el café y, cuando estuvo listo, lo puse en la barra frente a ti.

—Buenos días, JungKookie —tomaste la taza de café y un ligero sonrojo apareció en ti—. Preparé un poco de fruta picada para un desayuno ligero. Esta mañana no tengo mucho apetito, pero si quieres algo más, dímelo —sonreíste, asintiendo con la cabeza. Me acerqué, te besé y, por primera vez en semanas, no te alejaste. El alfa soltó la taza de café para tomar mis mejillas cuando nuestros labios se rozaron.

Escuchamos cómo el código de acceso abría la puerta del departamento, y un fuerte olor a caramelo mentolado llegó a mis sentidos.

—¡YA LLEGUÉ, AMOR! Espero que no sigas molesto —gritó el intruso. JungKook se alejó para ir hacia la sala. Lo seguí y pude verlo: alto, delgado, recién bronceado y luna, exclamó. Era hermoso.

Taehyung estaba en la sala, en mi nuevo hogar, y JungKook lo abrazaba, sin importar mi presencia, mientras Taehyung unía sus labios y no lo apartaste. Se besaron por un tiempo.

Cuando terminaron de besarse, el omega volteó a verme con un ceño fruncido.

—Él es el omega, lo contrataste como un omega sirviente, imagino —se rió un poco—. Asco, este omega huele a leche materna.

Acaricié mi vientre y lo abracé en protección.

—Pobrecito, ya hiciste tu trabajo, el desayuno, amorcito. Tiene que ir a trabajar y hacer mucho dinero. —miré a JungKook para que le dijera quién era y solo se giró, moviendo la mano como señal de que me fuera. Lo hice, pero volví por última vez, y ellos me seguían mientras me sentaba en la barra de la cocina —porque el omega que contrataste para reemplazarme está embarazado, ¿tiene pareja acaso? —preguntó. Mi olfato nunca me ha fallado y, aunque él no tenga olor, la cría sí.

—Él no está embarazado —escuché cuando dijo eso. Volteé a mirarlo, y JungKook me estaba mirando mientras yo solo tocaba mi vientre.

Lo estaba

Lo estaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

(1-2)

esta versión me esta gustando mas jajaj <3





ACEPTO!~❤ KOOKJIN❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora