Enough •4•

3.8K 307 43
                                    

Aristóteles se consideraba el chico más feliz de Oaxaca en estos momentos ¿La razón? Su día comenzó muy bien.

Su madre le dio la noticia de que su negocio de jugos iba bien y que pronto conseguiría más gente que le ayude con eso.

La escuela no había estado nada mal tampoco, ganaron un partido de basquet, sus clases se pasaron tranquilas y sin demasiada tarea por lo que tenía la tarde libre para estar con su novio, el cual le ayudó a estudiar y gracias a eso consiguió un nueve en su examen de álgebra. Un total milagro.

En fin. Aris está feliz.

Justo ahora se encuentra caminando de regreso al edificio Córcega de la mano de su novio quien ríe de las anécdotas que el rizado cuenta. Sus miradas despegándose del otro solo cuando necesitan ver por donde van para luego volver a conectarse prestándose toda la atención.

Llegan rápido. No se dieron cuenta hasta que ya iban subiendo las escaleras y llegaron al piso donde esta el departamento de Temo. Se pararon frente a su puerta escuchando el ruido proveniente desde el interior de este.

-Será mejor que entre- habló Temo aun con una sonrisa en su rostro- Las calcomanias deben estar volviendo loco a Papancho.-Suspiró.

Que sus hermanitos enfermaran al mismo tiempo significaba caos.

Temo hizo gesto de querer soltar la mano de Aris pero este no lo dejó, sino que apretó el agarre y lo jalo mas cerca suyo.

-Ari, tengo que ayudar a Papancho- le repitió Temo.

-Ya sé... ¿Pero crees que puedas hacerlo más tarde?- trató de convencerlo el muchacho de rizos. No quería dejar a su novio.

-¿Mas tarde? ¿Cuando Papancho se quede calvo por tanto estrés?- sonrió al igual que Aris por la sarcástica pregunta.

-No exageres menso- dijo Aris entre risas- Es solo que mi mamá salio a su trabajo y Arqui está en la guardería... Podríamos hacer algo allá- Temo entrecerró los ojos con una sonrisa tratando de descubrir por donde iba su novio.

-¿Algo como que?- se hizo el desentendido.

-No lo se...-continuo el juego- Tarea... Comer algo... Tocar música- Sonrío- Hay muchas cosas que hacer que no sean lo que tu pervertida mente está pensando, Cuahutémoc López- dijo lo último entre risas.

Temo hizo una mueca de ofendido y abrió la boca para decir algo pero sus palabras nunca salieron debido al ruido de un cristal cayendo que venía de la casa del menor. Su rostro ahora se volvió un poco preocupado.

-Tengo que ir a ver que pasó- dijo Temo rápidamente.

-Ya estense quietos chamacos! Me hicieron tirar un vaso! A la otra van a ver!- se escucharon los gritos de Pancho López

-No fue grave- suspiró un aliviado Temo.

-¿Entonces que dices?- volvió a insistir Aris.

-Te propongo otra cosa- comenzó Temo.- Ayudo a Papancho. Logro dormir a las calcomanias y salimos a dar la vuelta en la noche ¿si?

Aris piensa que es muy buen trato por lo que acepta y se despiden con la promesa de verse más tarde.

(...)

Ya por la noche (y luego de que Aris pidiera permiso a su mamá) el rizado se encuentra bajando las escaleras para llegar al piso donde vive su novio.

Sin duda algo le dice que la noche será divertida y terminará su día mejor de lo que imaginó.

Justo al llegar ve a Temo saliendo de su casa con una sonrisa que se ensancha al verlo.

-¿Listo, joven López?- pregunta con una voz más grave de lo normal.

ARISTEMO «one shots»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora