CAPITULO SEIS: DECISIONES.

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Xcaret estuvo al otro día presente en la junta del bufet, dieron la lista de nuevos clientes y todos aceptaron los nuevos casos, además de comenzar con la planificación de la fiesta mexicana en la cual convivirían. Ella no se opuso a pesar de que había quedado con su padre en recaudar fondos para donar.

-Y saben ya, si no retribuye es inservible.- finalizo la reunión y todos salieron a trabajar.

-Creí que teníamos un trato. Yo lograría traer al pez gordo y creo que lo he hecho muy bien.

-Lo hiciste realmente bien, más de lo que esperaba.

-Trabaje muy duro, me desvele consiguiendo una buena propuesta para ambos, incluso me salte comidas, no puedes solo decidir sin consultarme y mucho menor romper un acuerdo, era una simple donación de caridad.

-Así es esto del trabajo ¿No entiendes? Regalando dinero no llegaras a ningún lado.

-No regalo dinero todos los días, solo sería una vez en todo el año, sería algo pequeño, es más, podría ser lo que he ganado con el último contrato.

-Presuntuosa y obstinada, igual a tu madre.

-Soy tu socia y como tal espero me tomes en cuenta para la próxima fiesta que se te ocurra.

Salió de la sala de juntas dando pasos firmes, furiosa.

Al llegar a su oficina arrojo la carpeta golpeando a César quien estaba sentado, Abdel de pie simplemente sonrió.

-Lo siento- dijo abrazándolo.

-¿De nuevo berrinches?- pregunto soltándola.

-Sí.- acomodo su ropa.- Estoy harta de que solo me utilicen a su gusto. Fue mi trabajo, mi esfuerzo.

-No deberías hacer corajes tan temprano, por eso pensábamos invitarte a la hacienda este fin de semana.

-Desconectaran a Isaac.- se sentó tras el escritorio.- Fui a verlo porque su adre me pidió que lo hiciera. Lo he mantenido vivo por demasiado tiempo, ya he hablado con los doctores y lo vamos a desconectar.

-¿Quién es Isaac?- pregunto Abdel un poco confundido.

-Es el profesor del que te hable antes.- sonrió

Entonces César le dedico una dulce sonrisa, era momento de hablar con Abdel de aquel accidente.

-¿Quieren algo para beber?- pregunto César, pero su hermano y su amiga negaron. Así que los tres simplemente se pusieron cómodos para comenzar con aquello.

-Bien, comenzare diciéndote que si estuve con él mientras era mi profesor en la universidad. Trabajaba para un bufet pequeño y daba clases en la universidad. Desde que lo conocí fue como una brisa fresca, además, él quería ayudarme con un caso bastante difícil. En cuanto mi familia se enteró, él fue despedido de la universidad y el bufet en el que estaba le comenzó a exigir dejar las cosas como estaban. Él normalmente no tenía problemas con nadie, pero en esa época comenzó a recibir amenazas de una constructora que hacía el trabajo mal y por ello había accidentes. Cuando a él lo despidieron, preferí terminar con aquello, sin embargo continúe visitándolo y yendo con él a ayudar, siempre había alguien que lo necesitaba, así que simplemente iba a su lado. Un día él y yo fuimos tomados por aquel grupo que lo amenazaba de camino a casa de un cliente.

-¿Te hicieron algo?- pregunto Abdel intentando seguir el hilo de la confesión.

-No, en cuanto supieron que era hija de Edmundo Quintero, me dejaron ir. Claro que a él le fue mal, lo golpearon tanto que su rostro era irreconocible, fueron unos brutos con él, así que decidió que no iba a arriesgar su vida. Una vez que mejoro, me cito en el café de siempre para hablar de su ida de la ciudad por un tiempo, hasta que todo se calmara. Al salir, unos tipos en camioneta comenzaron a disparar a quema ropa.- se detuvo, como si pudiera ver en la habitación un pedazo de la película.- No les importo nada, simplemente dispararon, fue tan rápido que sigo sin poder creerlo. Bien, tres personas y yo fuimos transportadas al hospital, él salió de la operación pero no despertó.

SERENDIPIAWhere stories live. Discover now