Capítulo 8

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James.

Era la décima vez que llamaba a Maia y ella me cortaba. Golpee el teléfono contra la mesa y la rabia me invadió. Era un jodido imbécil, había echado todo a perder, había tenido mi oportunidad y la desperdicie.  Le di un puñetazo a la mesa y Scott me miró, negó lentamente. No estábamos en clases, ya que teníamos hora libre, entonces estábamos en un café cercano a la preparatoria. Habíamos planeado, (Scott lo había hecho) de encontrarnos con Dakota. Pero ella todavía no había llegado. La puerta de la cafetería se abrió y una chica rubia entró. Dakota.

-Hola James –dijo ella y luego sonrío al ver a Scott-. Hola Scott.

-Hola Dakota –dijo Scott y la saludo con un beso.

Aparté la vista y revise mis mensajes y mis llamadas. Suspire pesadamente al darme cuenta que no había ninguno.

-¿Qué pasa? –pregunto Dakota mirándome.

-Maia está enojada con él –respondió Scott y Dakota hiso una mueca.

-¿Qué hiciste?

-Le quebré la nariz a un tal Travis.

-Oh… con razón está enfadada. ¿Cuántas veces la has llamado?

-Diez veces y le deje cinco mensajes.

-Eso es un gran problema.

Scott arqueó una ceja hacía Dakota. Ella sonrío y se encogió de hombros. Entonces tuve una idea.

-¡Tú me ayudaras! –dije sonriendo-

-¿Acaso crees que te ayudaré a salir con mi mejor amiga?

-¿Serías un alma caritativa con el idiota de James? –pregunto Scott y sonreí al ver que me apoyaba.

-Te advierto James, que sí, en el futuro, llegó a tener a Maia llorando contra mi hombro, te castrare. Y lo digo enserio. –dijo ella tomando su teléfono. Marcó el número de Maia y esperó.

Dakota puso el altavoz y escuche la dulce voz de Maia al otro lado de la línea.

Maia.

Eran las 10.25 am y estaba sentada, sobre el sofá del apartamento, al lado de Travis mientras este se ponía un hielo en el ojo. Frente a nosotros, en la mesita de la sala, había un botiquín de primeros auxilios.

-Tendrías que estar en la escuela… -dijo Travis e  hiso una mueca de dolor.

Luego de que Jem golpeará a Travis, me encargue de limpiarle la sangre seca del rostro y cuidarlo hasta que supiera que estaba bien. Por lo tanto había faltado a las primeras horas de clases.

-Tú también –dije  y él negó lentamente.

-Puedo cuidarme sólo Mai.

-No me importa. Estas así por mi culpa, yo me encargaré de ti.

Travis negó lentamente y una sonrisa cruzó su rostro.

-Eres imposible –dijo él y me recordó a James.

Contuve la tristeza que me invadió y sonreí al escuchar sonar mi teléfono, lo tomé y vi que era Dakota. Conteste y Travis me miró atentó.

*Llamada telefónica*

-¡Hola linda! –dijo Dakota.

-Hola Dakota –dije y sonreí.

-Te  tengo una propuesta. Hoy en la noche, Scott hará una fiesta en su casa. ¿Quieres venir?

-No lo sé…

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