Capítulo 14

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Maia.

– ¡Mai! ¡Apúrate! –Travis golpeo la puerta una vez más.

–Ya va. –me queje  como por quinta vez.

Termine de acomodar la remera negra que me iba sobre el ombligo y que iba a juego con mi short negro deshilachado en las puntas y con mis zapatos de plataforma. Me decidí a abrir la puerta pero Travis la abrió antes que yo y estuve a punto de caer hacía adelante, por dos razones. 1 estaba a punto de salir del cuarto y 2 había tropezado con mis pies. Si existe una persona más torpe que yo, me encantaría conocerla. Logré agarrarme del marco de la puerta, pero es no evito que cayera sobre Travis.

–Desesperada. –dijo él contra mi oído.

–Idiota. –dije con algo de diversión y vi un pequeño brillo recorrer sus ojos.

–Te lo advierto, Trav –comentó Tobias mientras se acercaba a nosotros, haciendo girar las llaves del auto en su mano–. Le llegas a tocar un pelo a mi hermana y te romperé la cara.

Travis sonrío y me miro de reojo.

–Entendido.

–Bien, entonces vamos.

***

Tobias nos dejó frente a la casa de Logan. Travis rodeaba mi hombro con su brazo derecho y Dakota –con la que nos habíamos reunido minutos antes– iba agarrada del brazo de Scott. Mire a Dakota con desconfianza, no estaba de buen humor para fiestas, aunque en el departamento hubiera demostrado lo contrario. Sabía que James estaría en esa fiesta y no quería cruzarme con él.

–Maia Lorence, hoy es tu día de diversión. Así que quiero que te emborraches sin que te importe nada. –dijo Dakota, me guiño un ojo y luego entro en la enorme casa.

Logan era uno de esos chicos adinerados del instituto, por la tanto vivía en uno de los barrios más caros de Londres. Su casa era una gran mansión de tres pisos de altura, grandes ventanas y habitaciones muy extensas. Luego de echarle un vistazo al lugar, era obvio que la policía terminaría llegando. La música puesta a todo volumen hacía retumbar el piso y las luces de colores iluminaban todo el patio delantero, este estaba lleno de botellas de cerveza vacías, papeles tirados por todos lados y vasos –rojos– descartables. Los autos estaban estacionados en toda la cuadra y se notaba por el movimiento de algunos autos, que había gente enrollándose dentro de estos. La mano de Travis me devolvió a la realidad y lo acompañe a la entrada de la mansión.

–Vayamos por un trago –grito Travis, ya dentro de la casa, para hacerse escuchar sobre la música.

Asentí y camine junto a él entre los cuerpos sudorosos de los chicos y chicas que bailaban, el olor a alcohol inundaba toda la sala. Logan había contratado a un barman, el hombre pasaba cervezas, vasos de whisky, chupitos y un montón de tragos que no llegué a distinguir, por una larga barra de caoba, que se encontraba a un lado de la improvisada pista de baile.

–A puesto a que no puedes tomarte más de cinco chupitos. –me retó Trav con una sonrisa divertida.

Sabía a lo que quería que llegar, pero qué más da, después de todo, hoy tenía que divertirme.

– ¿Cuánto quieres apostar? –pregunte sonriendo.

–Un beso.

– ¿Y si yo ganó?

–Si  ganas, te daré cincuenta libras.

Estreché mi mano con la suya para cerrar el trato. Travis pidió cinco chupitos y me los fue dando uno a uno, mientras, yo tiraba la cabeza hacía atrás apresurando el líquido que quemaba mi garganta. Sonreí al agarrar el quinto chupito y me lo tome en un largo trago.

Stay With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora