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Resistiendo instintivamente, Ji Yong quitó su rostro y calló sobre la silla. SeungHyun lo aplastó en contra de la misma, sosteniendo su rostro con su mano izquierda y besándolo con pasión. Cambiando de ángulo el rostro de Ji Yong hacia la derecha y hacia la izquierda, forzó los labios de Ji Yong a separarse e introdujo su lengua. 

Las manos de Ji Yong temblaban, sujetando la camisa de SeungHyun. Debió haberse resistido esto, pero antes de darse cuenta, se estaba aferrando a SeungHyun. Su respiración se alteró. 

SeungHyun deslizó la mano que tenía en su cabeza hacia su cuello y lo apretó.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Ji Yong, encendiendo un fuego en lo profundo de su ser. SeungHyun acercó a Ji Yong a su cuerpo y deslizó la mano que tenía en el cuello de Ji Yong, la bajó hacia su espalda, sobre su ropa de dormir, presionándola contra su espina a través de la tela. Ji Yong gimió suavemente. 

Se sorprendió al escuchar su voz llena de deseo. 

—No... no quiero esto, — jadeó. 

SeungHyun vio directamente a Ji Yong, ojos llenos de fuego. Su lengua penetrando el interior de la boca del hombre de Ji Yong. —Necesitamos hacer esto, por nosotros, — logró decir.

—No seas estúpido... ¡oye!

Ji Yong saltó al sentir la mano de SeungHyun en el final de su espalda. 

Lo derribó en la silla, enrolló la parte de debajo de sus ropas de dormir, exponiendo primero sus rodillas y luego sus muslos. 

Una mano se introdujo entre sus muslos y Ji Yong cerró sus ojos con fuerza. No podía resistirse. Alguna parte de su mente aun se rehusaba a aceptar a SeungHyun, pero su cuerpo solamente temblaba. Oponerse era inútil. 

—Tu piel parece de porcelana, — murmuró SeungHyun. 

—Mmm...— fue todo lo que Ji Yong pudo decir. 

El placer que había provocado que su cabeza se mareara revivió por las caricias de SeungHyun. Había vivido una vida de abstinencia por demasiado tiempo. Se había comenzado a sentir como un monje, pero sabía, estando en los brazos de SeungHyun, que se había equivocado.

—SeungHyun...— dedos acariciaban las articulaciones de sus piernas, llenando de lágrimas sus ojos. Aun así, trató de calmarse, una y otra vez se dijo que era imposible. —No... suéltame...

SeungHyun frunció el seño ante la negativa. —Eres terco, ¿verdad? 

Haló la cadera de Ji Yong hacia arriba, levantándolo de la silla. Lo hizo con tal fuerza bruta que ambos cayeron sobre el suelo de mármol. 

Ji Yong intentó levantarse, pero fue demasiado tarde. SeungHyun empujó lo empujo hacia abajo con todo su peso. Se quitó su propia corbata y sujeto ambas manos de Ji Yong con ella. 

Ji Yong finalmente se percató de lo seriedad de la situación. — ¡Jamás te perdonaré por esto!—gritó.

SeungHyun tenía una prometida. Pero de todas maneras, iba a tomar lo que quería de Ji Yong. Debía pensar que todo lo que quería era de él, solo para tomarlo cuando le diera la gana. 

¿Qué iba a hacer Ji Yong? 

— ¡Detente!— gritó. 

No entendía a SeungHyun. Pero estaba equivocado tratando de entenderlo. 

— ¿Es humillante el ser forzado?— gruñó SeungHyun. —Bueno, pronto estarás gimiendo de la felicidad. 

Su egocentrismo y personalidad agresiva eran partes de su encanto. Pero la manera en la que SeungHyun se estaba comportando ahora era la misma definición de un tirano. Nunca le dio la oportunidad a Ji Yong para rechazarle. Creía que Ji Yong le pertenecía, y que estaba ahí para obedecerle.

『 AMOR ETERNO 』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora