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La vida de Ji Yong en la habitación de las mujeres comenzó.

Casi nunca dejaba la habitación a la que había sido asignado y nunca veía a nadie más que Aisha, quien lo servía.

Nunca tuvo la oportunidad de oír lo que las otras mujeres pensaban de la historia sobre una misteriosa mujer que había aparecido una noche y sido encerrada en una de las habitaciones. Sospechaba que no pensaban en él con cariño.

SeungHyun entraba a verlo frecuentemente. Siempre se dejaba caer en la habitación después de visitar a las esposas de su padre. No cabía duda de que el príncipe estaba tratando a Ji Yong igual que, o incluso de forma más importante que, a su prometida, Bom. Si ella estaba resentida con él por ello, era de esperarse. Pudo deducir que incluso Aisha encontraba su presencia desagradable, aunque, ciertamente, nunca lo dijo.

Pero tampoco podía hacer algo al respecto. La anciana enfermera sin duda vio a Ji Yong como nada más que problemas para SeungHyun; ella quería al príncipe con mucho más cariño que a cualquier otra persona. Por eso, Ji Yong estaba asombrado cuando Aisha compartió la información de que Bom estaba en las habitaciones de las mujeres.

Bom era una pariente lejana de la actual reina, esposa del padre de SeungHyun, el rey Murshid. Había decidido ir a las habitaciones de las mujeres personalmente para animar a la reina, quien estaba acostumbrada a esconder su gran preocupación por el sufrido rey.

Ji Yong no estaba disfrutando su estadía más que los demás. Encerrado, solo en su vida bizarra, se atragantaba con el tiempo libre que sólo podía pasar esperando pacientemente que lo visitara SeungHyun. Quería revelarse como un hombre y escaparse de las habitaciones de las mujeres de una vez y por todas.

—Es una pena. La Señorita Bom es una chica adorable —, murmuró Aisha con un suspiro, al tiempo que ayudaba a Ji Yong a vestirse. No podía evitar emitir al menos una pequeña queja acerca de tener que esconder a un extranjero aquí — y a un hombre, sobre todo — en contra de su mejor juicio. Y porque adoraba a su príncipe, no trataba mal a Ji Yong.

La abaya que vistió para encontrarse con SeungHyun era despampanante, hecha de seda blanca y decorada con un conjunto de lentejuelas. El cuello y las mangas estaban alineados con perlas. Se desperdiciaba en un hombre como Ji Yong. Era obvio que Aisha, también, hubiese preferido ayudar a vestir a Bom en esta bella ropa en vez de a él.

La anciana mujer había trabajado en un principio como ayudante de señoritas. Ji Yong se sentía culpable por las cosas que le hacían hacer a ella para ayudarlo a evitar que los demás notaran su presencia.

La hora de la visita de SeungHyun estaba cerca. A veces, el hombre iba a la habitación de Ji Yong y, a veces, lo citaba en la cámara del rey. Hacía esto porque la cámara del rey no sólo estaba separada de las habitaciones de las mujeres, sino que nadie podía llegar a ella sin el permiso del rey.

Cuando lo llamaban ahí, Ji yong era forzado a vestirse con un hijab de mujer y cubrir su rostro con un niqab.

Sabía que las quejas de Aisha no iban dirigidas hacia él, que sólo estaba hablando sola, pero tenía que decir algo.

— La ceremonia de matrimonio será pronto, ¿verdad? Estoy seguro de que todo saldrá espléndidamente.

Había escuchado que la fecha se acercaba — sería sólo en dos semanas. La anciana mujer probablemente se sentía más molesta aún debido a que era muy luego.

— ¿Qué pretendes hacer después? — preguntó ella.

Luchó para encontrar una respuesta a su réplica

— ¿Volverás a Corea? — añadió.

Mientras más preguntaba, más luchaba para hablar. ¿Qué haría después de que SeungHyun y Bom estuviesen casados? SeungHyun sería quien lo decidiera. Si Ji Yong pudiese ir a casa sólo con pedirlo, no estaría aquí ahora.

『 AMOR ETERNO 』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora