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Llegó la mañana de la boda.

Era un día especial para Madina. Todo el pueblo estaba al borde de sus asientos, esperando el nacimiento de su nuevo rey. Ji Yong sabía que sería un día que nunca olvidaría.

Planeó ir con DongWook a la mezquita donde se llevaría a cabo la ceremonia del matrimonio. Normalmente, debido a la intensificada seguridad, nadie además de la familia real y de algunos personeros del estado podía incluso llegar al edificio, y mucho menos poner un pie adentro. Pero DongWook había hecho uso de algunas de sus influencias y arregló el acceso para Ji Yong.

Pero ahora que el momento había llegado, el estómago de Ji Yong estaba revuelto. Tenía problemas para permanecer calmado. Había estado despierto toda la noche pensando, repasando la larga lista de dudas y arrepentimientos. Por ejemplo, ¿por qué no había vuelto a Corea por cuenta propia? Y ¿qué estaba haciendo completamente solo en un lugar como éste?

Quedan sólo unas pocas horas.

En unas pocas horas más, SeungHyun estaría casado y sería rey. Se iría del alcance de Ji Yong para siempre. Ji Yong había tomado esta decisión por sí mismo, pero aún había una parte de él que vacilaba y era miserable.

De repente, un llamado vino desde Bom, interrumpiendo sus pensamientos. Quería verlos inmediatamente, le informó DongWook. Había algo que quería discutir.

DongWook estaba preocupado, preguntándose qué era lo que posiblemente pudiese decir Bom el día de su boda, pero Ji Yong había agotado sus reservas de ansiedad. De todos modos, ¿por qué debería alguien preocuparse por Bom? Estaba a punto de celebrar su matrimonio con SeungHyun y de vivir el resto de su vida en sus brazos.

— Vamos, Ji Yong.

DongWook guió a Ji Yong hacia afuera. Iban a la mezquita dos horas antes de lo presupuestado.

— Tú ve solo. Yo... te esperaré aquí.

— Bom pidió que tú también fueras —, respondió DongWook, apurando a Ji Yong. Aparentemente, quería que Ji Yong sufriera incluso más. Probablemente, sólo quería que afrontara la realidad de la boda, pero Ji Yong había tenido suficiente de realidades difíciles. No podía soportar una más.

Se resistió, aunque sabía que estaba lloriqueando como un niño. — ¿Por qué debería? Soy coreano, no es de mi incumbencia —. Había perdido todo el deseo de asistir a la ceremonia en la mezquita.

— Contrólate —, ordenó fríamente DongWook. Él era el aliado de Ji Yong, pero también era miembro de la familia real. No se preocuparía por mucho tiempo de los delicados sentimientos de Ji Yong. — No me importa cuánta lástima sientas por ti, irás igual. Eso es lo que SeungHyun quiere.

La sola mención del nombre de SeungHyun lo dejó sin palabras. No podía creer que SeungHyun personalmente quisiese que asistiera. Entonces, el hombre iba a hacer todo lo que pudiese para acosarlo.

Perdió la energía para resistir el abuso de SeungHyun.

— Vamos, ahora. Esta es la completa razón por la que permaneciste en Madina, ¿no es así? Para ser testigo de este día —. DongWook le dio una palmada en el hombro al tiempo que lo regañaba, y Ji Yong lentamente levantó sus pestañas caídas.

DongWook tenía razón. Tenía que recobrar la compostura. Cualquier otra cosa que ocurriese hoy, finalmente se acabaría. Sin importar cuán doloroso pudiera ser para él, tenía que asistir a la boda y ver a SeungHyun por sí mismo. Tenía que ver la realidad de la nueva vida de SeungHyun con sus propios ojos. Si no lo hacía, el sufrimiento de estos últimos seis años sólo se repetiría una vez más.

『 AMOR ETERNO 』 » GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora