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Capítulo 7: Akira ya creció.

Hoy son exactamente dos años desde que Akira llego a mi vida, es increíble como un pequeño y a la vez grande ser te llena de amor, nobleza, cariño y mucha ternura, esos animalitos te roban el corazón por completo y te hacen ser mejor persona.

Los animales son un compañero de vida, ellos están para apoyarte por más que no te hablen, están para darte amor, para tranquilizarte cuando estés en estrés, para acompañarte cuando estás triste. 

Y Akira conocía ya todas mis facetas, sabía cuando me encontraba triste, estresada y malhumorada.

Cuando notaba el ambiente turbio entre nosotras, echaba su cabeza en mi regazo cada vez que pudiera.

Ella era mi mejor amiga perruna por lo tanto también le regresaba todo lo que ella me entregaba amor, cariño, ternura y toda la atención como ella lo hace conmigo.

El perro aunque muchas personas los maltraten, seguirá fiel a ti. Ellos son amor puro e incondicional y que a pesar de lo que sufren, no tienen rencor.

Akira es una perra tan amorosa, juguetona y aunque destructora en sus momentos. Igualmente es agradecida, fiel y a pesar que a veces la castigo... Ella sigue aquí conmigo. Me tiene completamente hechizada, la amo muchísimo,  es mi compañera fiel.

:3 

'3'

—Akira, mira lo que tengo —digo en modo suspensivo para que se levante y llegue hasta a mi lo cual funcionó con éxito.

]O.o]

Aunque algunos digan que los animales son estorbos y se roban todo tu tiempo ¡Señores el animal siempre estará para ti y siempre seguirá fiel a ti! ¡Y son tan inteligentes que con solo señas ellos aprenden a descifrar lo que les estás comunicando!

Entre mis manos mantenía un nuevo juguete el cual era una pelota chillona parecida a su hueso que alguna vez tuvo, ese, el que ya no existe. Estuvimos jugando un buen rato hasta que se cansó, luego fuimos a bañarla y tal cual como la primera vez al estar completamente limpia se me escapó a hacer un hecatombe en el apartamento.

Observé mi celular y vi mi fondo de pantalla, era ella en la playa.

Sonreí.

Esa vez se metió tan gustosa al agua y labraba cada vez que una ola venía, no sé y nunca en mi vida había visto a un perro ladrarle a una ola, sin embargo por ser ella tan única y especial, lo hacía.

Pero ya la se sobrellevar; de igual manera mantengo mis precauciones y cuando recuerdo cierro la puerta de cristal no se escapa lo cual funciona, después de bañarla nos dedicamos a cortar sus uñas, cortar su pelaje y quitar bolas de pelo y demás hasta terminar. 

La aprecié y ella también lo hace cosa que me sorprendió porque mantuvo su boca abierta y cuando el contacto visual fue mutuo la cerró y ambas quedamos atónitas.

ಠ_ಠ

Por la tarde ya es rutina ir un rato al parque para terminar de exprimir sus energías, ya que está llena de mucha energía a diario y por lo tanto tengo que hacer que saquen todas sus energías guardadas.

Estuvo un rato jugando en el parque y a la hora de venirnos hubo unos inconvenientes... Una perra parecida a ella sólo que mucho más grande estaba mirandola mucho y de vez en cuando ofensivamente lucía sus dientes.

 —¡Akira ven!

La llamo porque estoy viendo como aquella perra con malicia se le acercó un poco más. Un bramido ruidoso de repente se sintió y yo solo cerré los ojos de la impresión mientras el lamento de un cachorro se escuchó y fue lo que me hizo abrir los ojos de nuevo y sentir mi estomago encogido y muy nervioso.

Al parecer Akira le estorbaba, puesto que en un momento de rabia ¡La ha mordido!

Le ha hecho una pequeña abertura en su hocico donde un poco de sangre la adornaba. Me molesto aquello porqué Akira no estaba haciendo absolutamente nada simplemente quería conocer a la perra y ella al verse incomoda la mordió pero no fue lo justo; sin embargo no puedo hacer nada al respecto, son animales y es su naturaleza.

Aunque el miedo que sentí yo también fue palpable porque aquella perra me ha echado una mirada tan despectiva y déspota que cuando su bramido rugió en todo el parque me miró con rabia acumulada que hasta mal me hizo sentir.

Chasqueo la lengua y me toco el pecho impresionada e incómoda.

Gracias eh...

Al llegar a casa la pequeña cicatriz que le había dejado la desinfecte.

Le dolía porque mientras lo hacía, ella intentaba alejarse y yo la atraía más a mí.

Akira está muy grande, sus patas pesan muchísimo, ya me cuesta querer cargarla. Su altura en dos patas es exactamente la mía; sin embargo me saca una cabeza más. ¡Muy grande!

Ni yo misma lo creo, tengo un tigre en casa y yo ni cuenta.

Cada vez está más hermosa y gorda, aquella perrita pequeña e indefensa que conseguí no existió más. 

Me enorgullece saber que he hecho un buen trabajo, la he cuidado como a mí bebé, estoy pendiente de todo lo que necesita. Ella es mi bebé.

Mi Compañera y Yo. © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora