Capítulo 2: SU propiedad

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Capítulo +18 años. Inicio---- +18 ----- Fin

Después de aquella "lección" que Papyrus le dio, Sans se encontraba en el baño de la casa, vendando y parchando como podía aquellas nuevas fisuras de su cráneo. Tenía suerte, pues su hermano había recibido un llamado por parte de la capitana de la guardia real, Undyne ya que ella le esperaba para el entrenamiento semanal, por lo que había tenido que retirarse, dejando al mayor en el suelo. - Te salvaste por ahora, bueno para nada. - Sin decir más se retiró. Rápidamente volvió al presente cuando presionó por accidente una de las heridas, provocándole un agudo dolor - Mierda... Un poco más y realmente me rompe la cabeza. - Con una sonrisa fastidiada, el esqueleto observó con detenimiento aquellas roturas que se reflejaban en el espejo, algunas eran antiguas pero profundas, por lo que tardarían un poco más en sanar.

- Bueno... Hora de una buena cena. - Sabiendo que Papyrus no llegaría hasta muy entrada la noche, Sans fue a Grillby's utilizando uno de sus recurrentes atajos. Una vez allí, pidió lo de siempre: Una buena botella de mostaza. A pesar de ser humillado constantemente por su hermano menor, él tenía una reputación de ser extremadamente peligroso si se le provocaba; muchos monstruos dudaban realmente de la fuerza de los ataques del más bajo, pero quienes concurrían habitualmente aquel bar de mala muerte sabían que esos no eran rumores, sino que la más absoluta de las verdades. Años atrás un humano había llegado hasta el pueblo, matando a monstruos con una crueldad que sobrepasaba la de los habitantes de aquel lugar. En ese tiempo, Papyrus no era más que un mocoso alegre que se negaba a matar, hasta que se encontró con el humano y terminó con aquella cicatriz en su ojo. Nadie estaba realmente seguro de lo que había ocurrido, pero lo que sí sabían era que Sans había terminado con la existencia de aquella amenaza en pocos segundos... Y lo único que había quedado de su cuerpo era la sangre que manchaba la nieve... Y un polvo completamente negro. Eso era todo.

- ¡Miren quién está aquí! ¡El perro de Papyrus! - Rápidamente, todos los monstruos se apartaron de quien había pronunciado aquellas palabras. Una criatura bastante pasada de copas vociferaba insultos contra el mayor de los esqueletos. El dueño de aquel bar se apartó mientras tomaba de la barra algunos de sus mejores licores, esperando que en cualquier momento se dijera aquello que encendería la mecha que desencadenaría la destrucción del lugar en donde se hallaba el cada vez más agresivo borracho. - Anótalo en la cuenta, Grillby. - Sin decir más, Sans comenzó a retirarse con toda la tranquilidad del mundo mientras lo seguían las miradas de los demás presentes en aquella taberna. A él realmente no le importaban los insultos dirigidos hacia su persona, pues le entraban por un lado del cráneo y le salían por el otro.

- ¡Eres un cobarde, Sans! ¡Ve! ¡VE CON LA COLA ENTRE LAS PIERNAS PARA LAMERLE EL CULO A LA RATA DE TU HERMANO! - La mano de Sans se detuvo en el picaporte de la puerta mientras una sonrisa más grande que de costumbre atravesaba su rostro. Rápidamente los monstruos palidecieron y comenzaron a apartarse como podían de la vista del esqueleto, Grillby suspiró nervioso y salió de la barra cargando varias botellas de alcohol. Sus ojos desaparecieron en la oscuridad de las cuencas a la vez que se daba la vuelta lentamente, dirigiendo la oscuridad de éstas al próximo cadáver. Al ver aquello, los presentes en el bar sintieron un gran terror, por lo que no dudaron ni un instante en saltar por las ventanas, intentando escapar de la masacre que se avecinaba.

- Hey, Grillby... No te preocupes, te pagaré los daños. - El dueño del bar también había salido por temor a perder la vida, dejando solos al monstruo borracho y al esqueleto. - ¿Sabes? No me molesta que me insulten... - Mientras hablaba, caminaba con lentitud hacia aquel que había gritado todo eso. - Llámenme perro, escoria, basura, inútil o como les plazca. Me da igual... - En ese instante Sans se detuvo frente al tipo, quien comenzó a sudar frío; la atmósfera se había tornado hostil... Asfixiante de un momento para otro. Una alerta de peligro se encendió en su cabeza, y esa amenaza provenía del más bajo.

Sentimiento prohibido (Foncest fell +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora