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【 A l i c e: 】Sostenía la bolita de algodón que Reiji había puesto después de inyectarme en la nuca. El vampiro tiró la jeringa en el bote de basura y me miró a los ojos.
—¿Cómo te sientes? —preguntó mientras se recargaba en el escritorio y cruzaba los brazos.
—A decir verdad, es la mejor que me has puesto —dije con sinceridad mientras bajaba del banco en el que estaba sentada.
—Espero que esta sea la indicada —murmuró mientras agachaba la mirada.
—También lo espero, pero oye, yo sé que te encanta experimentar conmigo así que no te pongas así —Reiji sonrió tan fugazmente que no sé si eso se podría considerar una sonrisa.
—Ya te puedes ir, recuerda que tienes que descansar por lo menos 12 horas —asentí mientras me iba del laboratorio.
Esto ya se había hecho costumbre en mi vida cotidiana, cada semana Reiji me inyectaba y miraba si mi enfermedad mejoraba o empeoraba, hasta ahora todas las inyecciones fueron un rotundo fracaso, pero conociéndolo sé que ese vampiro no se rendirá.
Al ir directo a mi habitación vi como Yui corría y se sujetaba el cuello mientras lloraba con intensidad, al pasar al lado mío la retuve tomándola de la muñeca con fuerza.
—¡Suéltame! —dijo mientras se soltaba con brusquedad de mi agarre lastimándome.
—¡Auch! —me quejé y ella me miró a los ojos sorprendida.
—¡Perdón Alice-sama!, pensé que eras uno de ellos... —habló apenada la pobre rubia.
—En primer lugar ya te dije que no me dijeras "Alice-Sama" —dije mientras recalcaba las chillas con mis manos—, segundo ¿por qué estás así de alterada?
La chica no pudo argumentar palabra alguna, solo comenzó a llorar con intensidad y se abalanzó a mí para abrazarme con fuerza.
—Ya entendí ... —la aparte de mi—. Ven conmigo —ordené mientras caminaba hacia mi recámara.
La Komori camino tras de mí sin protestar, entre a mi santuario y la hice pasar mientras le indicaba que se sentará en el filo de la cama. Yo me pare frente a ella y la mire mientras me cruzaba de brazos.
—Bien, dime qué fue lo que pasó —exigí.
—Yo estaba caminando por el jardín de rosas y... —al escuchar esa palabra me puse tensa—. Y Subaru llegó, me gritó, después me abrazó y al final me mordió...
"Ese bastardo..." Pensé para mí misma mientras apretaba mi mandíbula.
—¿Y por eso lloras?, pensé que ya te habías acostumbrado al dolor de las mordidas.
—No es el dolor de las mordidas lo que me hace llorar... Es el dolor de mi corazón —la rubia agachó su mirada—. Estoy enamorada de Subaru-kun, Alice.
Mi mundo se paralizó al escuchar esas palabras, "estoy enamorada de Subaru"...
—Y tengo mis razones para creer que él también está enamorada de mi —afirmó mientras se levantaba de la cama.
—No seas tonta, él nunca te amará, él no sabe amar —lo dije sin pensar y con molestia.
—¡Alice-chan es muy cruel! —hizo un puchero mientras sus ojos se cristalizaban otra vez.
—Perdón, no lo quise decir así... Es que... —giré mi cabeza hacia otra dirección.
—¿Estas enamorada de él? —se adelantó a decir con sorpresa.
—Claro que no —mentí—. Antes lo estaba y me hizo mucho daño —otra vez mentí, pero esta vez fue a medias.
—Oh, pensé que a ti te gustaba Shū-san —abrí mis ojos de par en par junto a mi boca.
—¿¡Por qué piensas eso!? —cuestione con pánico.
—Es que la mayoría de las veces están juntos, se hablan mucho y... Hasta se abrazan o duermen juntos —no sabía si reír o llorar.
—Jajajajajaja —estallé en risas—. ¿Yo? ¿enamorada de ese vago?, jamás.
—Es que pensé que... —la interrumpí.
—Sé que se puede mal interpretar mucho, pero no, Shū y yo siempre hemos sido como hermanos, desde que llegue aquí él y yo siempre fuimos unidos porque teníamos muchas cosas en común, pero eso no quiere decir que lo ame en forma amorosa.
—Me lastimas, Alice —la voz ociosa del mayor apareció junto con él en mi cama.
La rubia se sobresaltó al ver al mayor acostado con los ojos cerrados y una sonrisa en su rostro.
—Vago sin remedios, qué haces en mi habitación —pregunte divertida.
—Es que acaso no puedo escuchar las obscenidades que hablan de mí —habló con burla lo que provocó que la menor se sonrojase.
—Te molesta que cuente cómo te rechazo —sonreí con picaría.
—Aún no entiendo cómo no quieres cometer incesto conmigo, mujer lasciva.
La komori se sorprendió al escuchar la palabra incesto y comenzó a titubear.
—¿S-son hermanos...?
—Políticamente si, su padre me adoptó desde antes de que tú vinieras aquí —dije sin importancia.
—No lo sabía...
Después de un rato más Yui se fue dejándome sola con Shū.
—Me sorprende que no la hayas matado por tus celos —suspiré con pesadez mientras me recostaba a su lado.
—Ya hablamos sobre eso Shū... —el mayor no dijo nada. Solo me abrazó por la cintura mientras se acurrucaba en mi abdomen.
Lleve mi mano hacia su cabellera rubia y comencé a acariciar sus sedosos cabellos esperando a que él se durmiera. Al poco tiempo yo también me dormí.
【 N a r r a d o r a: 】
El joven de cabellos blancos se dirigían hacia la habitación de la mujer que hacía enfurecer su corazón sin motivo alguno.
—Alice, Reiji te... —paró de hablar al ver la "repugnante" escena—. Tsk —el albino se quejó mientras cerraba la puerta con fuerza.
Y el modo que "dormía" en el estómago de la recién nombrada sonrió con burla al ver la reacción de su hermano menor.
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Rosas manchadas || Subaru Sakamaki ||
Short StorySubaru, manchemos las rosas blancas de ese elixir carmesí que tanto te gusta. A fin de cuentas, tu odias las rosas blancas ¿no? 〖🌹〗portada hecha por: @-ETHXREAL- 〖🌹〗No copias ni adaptaciones. 〖🌹〗Diabolik lovers no me pertenece. 〖🌹〗inició: 18/02...