🌹pétalo 14 🌹

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─━─━─━─「✦」─━─━─━─【 A l i c e: 】

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A l i c e:

Quien había interrumpido mi baile era Shū, el cual se había tirado en el piso con los ojos cerrados y recargado a la puerta de abedul. Yo sonreí al saber que se tratan del mayor, generalmente él suele venir en las noches a dormir en mi cama con la excusa de que es la habitación más cálida, tranquila y con el colchón más suave que hay en toda la mansión.

—Me sorprende que no te hayas tirado en mi cama directamente —dije mientras me limpiaba las gotas de sudor que escurrían por mi cara.

—A mí me sorprende que alguien tan frágil y delicada como tú sepa bailar tan bien.

Esa era una d ellas cosas que me encantaban del rubio, que sabía cómo dejarte con la boca cerrada y sin nada que decir, aunque claro está que no me gustaba que hiciera eso conmigo,

—Ya ves, la vida te da muchas sorpresas —me acerqué a él para sentarme a su lado.

Miraba hacia un punto fijo de mi recámara sin parpadear mientras él solo mantenía sus ojos cerrados y escuchaba música, cuando por fin pude cerrar mis ojos Shū colocó uno de sus audífonos en mi oído dejando que éste se deleitará con la música clásica que el artefacto desprendía.

Si me preguntaran cuál era mi relación con Shū podría decir que en serio éramos hermanos, porque actuábamos como tal. Siempre nos llevábamos a manera de broma y pasábamos momentos tranquilizantes disfrutando de la compañía que nos brindábamos, Shū me caía bien porque solo escuchaba, sin embargo, nunca opinaba o criticaba, simplemente se dedicaba a escuchar.

Por lo general era con él con quien me desahogaba las pocas veces que lo hacía, me sentaba bien llorar mientras lo abrazaba y decía cosas tipo; mi vida es una mierda, nadie me entiende, deseo morir. Shū nunca decía nada, solo se quedaba mudo y se dejaba abrazar siempre y cuando llorara en silencio y no hiciera mucho ruido.

Al rubio le agradaba mi presencia porque decía que no era ruidosa ni desagradable, que sabía quedarme callada y obedecer, ama la sumisión y el buen gusto que tengo por la música al igual que él.

—Sé que te hiciste ese piercing en el labio para cubrir la mordedura de Subaru ¿no es así? —dijo con suavidad.

A decir verdad, me sorprendió ese comentario por parte de él, Shū Sakamaki, el indiferente a todo y todos, el que nunca pregunta nada, el que solo se mantiene callado y escucha mientras finge dormir.

—¿Cómo lo sabes? —pregunté sin rodeos.

—Solo lo sé y ya —el rubio se cruzó de brazos—. Me parece algo tonto de tu parte que te hayas perforado tus labios solo para cubrirlo.

—Te equivocas, no sólo lo hice para cubrirlo, sino que lo hice para marcar un nuevo comienzo en mi vida —dije molesta mientras lo miraba.

Shū se encogió de hombros y dijo;

—Si es lo que quieres creer está bien.

Por alguna razón el comentario de Shū me moto bastante, tanto que me levanté molesta e hice al rubio a un lado para poder salir de mi habitación dando un portazo.

Tal vez ese vampiro ocioso tenía razón, tal vez no lo hice para marcar el comienzo de una nueva era sino que lo hice para cubrir lo que le hizo a mi labio.

Sumida en mis pensamientos mi subconsciente me llevó al lugar que menos quería ir; el jardín de rosas. Me detuve un momento para apreciar las rosas que aún no estaban arruinadas por mi sangre, en serio son hermosas, las más hermosas que alguna vez haya visto, nunca entenderé porque Subaru hacía eso con estas rosas, por qué me hacía eso a mí.

Con cuidado de no lastimar sus bellos pétalos, pase mi mano por la superficie sintiendo los pétalos sedosos que le hacían cosquillas a mi palma. El aire fresco mezclado con el dulce aroma de la tierra mojada y las rosas inundaban mis fosas nasales y hacían revolotear mi cabello, todo eso me hacía sentir una paz extraordinaria.

Pero todo esa tranquilidad se vio rota cuando alguien me tomo del hombro con fuerza para darme la vuelta. La mirada fría del albino hizo que mi cuerpo temblara bajo su fuerte agarre.

—¿Qué haces tú aquí? —pregunto con seriedad—. Acaso quieres sentir el ardor que te provoca mi daga cuando la pasó por tu mano.

—Claro que no —lo empuje para soltarme de su agarre.

Puede que lo que dijo Shū tenga cierta verdad, sin embargo, no es una verdad absoluta, mientras aún pueda tener algo de valor lucharé por mi vida. Ya una vez luche con este vampiro por amor y termine casi tirándome por la ventana de mi habitación, ya no lucharé por su amor, ahora lucharé por la paz.

El vampiro se sorprendió por mi actitud, jamás lo había apartado con fuerza ni mostrado rabia con mi mirada, yo lo sabia, él lo sabía, esta noche, a la luz de la luna mi relación con este vampiro cambiara.

—Puede que no sea hoy, ni mañana, pero te aseguro que te cortaré y haré que te desangres para que puedas morir en soledad...

Rosas manchadas || Subaru Sakamaki ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora