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—¿Todo bien Jimin? —me detuvo la voz de mi tía cuando pasé por su habitación.

—Sí, sí, todo bien —asentí sonriendo, ella no parecía convencida.

—Son apenas las once de la noche, ¿tan rápido acabo tu fiesta? —dijo y volví a asentir.

—Fue una matine —aclaré—. Estaré en mi habitación practicando con mi guitarra.

Mi tía asintió y volvió a acostarse— No te sobreesfuerces.

Le contesté un "sí"desanimado y me metí a mi habitación.

Éste estaba hecho todo un desorden. Y es que desde que Min Yoongi mencionó que sería una "reunión pequeña" había pensado que aquello resultaría algo formal y no que terminaría en una discoteca.

Aquellos largos minutos de inseguridad sobré que usar para la ocasión, me llevo a descubrir hasta prendas que nunca usaba de mi clóset.

De entre todo el chiquero que resultó acabar mi dormitorio, tenía camisetas de mis grupos favoritos, chompas, poleras de colores, pantalones holgados, pantalones a cuadros, hasta mi uniforme del colegio regados por toda mí habitación.

¡Aaahh, qué perdida de tiempo!

Y mejor ni recordaba cuánto tiempo me había gastado en arreglar mi desordenado ondulado cabello y en elegir los zapatos adecuados.

Enojado, me saqué el abrigo y lo coloqué en su perchero para guardarlo otra vez en mi armario. "Lo volveré a utilizar hasta después de otros quinientos años" susurré apenado.

Puse el último vinilo de Dylan en mi tocadiscos y me senté en el suelo al lado de mi cama para procesar todo lo que había ocurrido.

Todo lo que podía sentir en ese momento era rabia, indignación y decepción. Comencé a pensar en varias formas para volver a sentirme tranquilo. Pero no ayudaba. Mi cerebro quería seguir asimilando mi desastrosa noche y sentirme miserable.

Tenía que ser sincero conmigo mismo y asimilar mis sentimientos.

Bien... estaba con el corazón roto.

Mi primera desilusión amorosa.

No entendía por qué alguien podía dañar a alguien más con acciones tan crueles y malvadas como ésas.

¿"Apostar"? Qué horrible modo de pasar el tiempo con amigos.

Me había engañado. Me había engatusado con sus sucias palabras llenas de sentimentalismo y frases sacadas de libros de etiqueta.

Era muy cruel.

Por más que intentara relajarme escuchando música o practicar con mi guitarra, extrañamente, no podía dejar de pensar en Min Yoongi. No podía borrarlo así como así.

Me levanté del suelo para quitarme la ropa, dispuesto a colocarme la pijama y empecé a ordenar toda mi habitación, hasta que de repente escuché un sonido proveniente del patio trasero.

Era Spike, el perro de mi tía quien estaba ladrando muy fuerte.

—Un ladrón intentado robar, seguro —pensé. 

Cerré las cortinas y apagué la luz derrotado porque debía irme a dormir.

Y pum.

—¿Qué? —susurré al escuchar que algo había golpeado el suelo y entrado a mi habitación.

Me levanté con sigilo y me tapé la boca al ver lo que tenía enfrente.

Era un papel rasgado que tenía escrito un mensaje a lápiz; la letra apenas era legible y hasta había un pequeño dibujito en él.

Decía:

"Lo siento mucho, Park Jimin. Me siento muy apenado por haberte hecho eso. ¿Puedes salir por la puerta? Déjame invitarte una cena de verdad. Hablo muy en serio.

Tu Minnie".

Y al costado había una ratoncita triste con una lágrima cayendo por su mejilla.

No podía. ¿Escaparme de mi casa en plena medianoche? ¡Era una locura! Pero claro que para hacer tal cosa Min Yoongi no le temía a nada.

Todos sabían que Spike si mordía a la gente.

Me apené al pensar que quizás lo había herido, pero bueno, algún sacrificio tenía que hacer.

—¿Y ahora que me pongo? —suspiré derrotado y sin ganas de vestir algo extravagante.

La última apuesta  💵  YoonminWhere stories live. Discover now