Water fever

Amigo

La campana del lugar sonó anunciando a un cliente entrar. La chica volteó rápido pensando era su amigo pero de cierta manera se sintió mal al ver que no era Luffy.
—Buenos  días — la chica saludó primero. "Que lindo cabello, rubio".
—Hola — el chico tragó saliva, pasando su mirada por el lugar, buscando algo.
—¿Qué le sirvo? — el chico miró la pared donde el concreto había sido quebrado.
—Amm... Pasta y jugo de zanahoria, por favor — Ain asintió y dejó que el chico se sentara en las primeras mesas del lado de los cuadros —. ¿Antes no había un cuadro de peces Koi?
—No estoy segura, creo que mi padre lo vendió.
—Oh, ya veo — sonó decepcionado. La chica tardó un poco en servir el plato pero cuando ya lo tenía se acercó al chico y pudo admirar un sólo ojo, azul tan vívido que no pudo evitar abrir un poco la boca —.¿Pasa algo? — preguntó el chico rubio un poco desconcertado.
—Oh... Es que, nunca había visto un color de ojos tan bonitos — Ain apenada se retiró del lugar y salió del restaurante a tomar un poco de aire y de paso ver si Luffy venía, pero no fue así.
El chico de color de ojos bonitos se fue al poco tiempo y Luffy llegó tarde ese día, por la noche.

—Cuando empezamos a andar me sentí muy feliz, siempre lo buscaba, le mandaba mensajes a cada rato, buscaba siempre tiempo para mandarle mensajes de amor y lo invitaba a salir a todas partes, lo invitaba a mi casa a hacerle algo de comer.

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—¿Te gusta?
—Me encanta, no sabía que cocinabas tan bien.
—Bueno, era necesario para poder sobrevivir — rieron y Luffy se acercó a él para darle un besito en la nariz.
—¿Y si te enseño a hacer mi platillo favorito? — asistió, le tomó de la mano y le sonrió con todo el amor del mundo, como si no hubiese alguien más en este mundo que Sanji.

—¿Necesitas esto? — le enseñó una lata de granos de elotes amarillos, los favoritos de Luffy.
—No lo sé... ¿Quieres agregarlo a la bolsa?
—¡Sí que sí! — quiso darle un beso pero Sanji se apartó y fue a buscar más cosas y Luffy se quedó ahí parado, sintiéndose tan poquito en medio del pasillo.

¿Por qué tenía ganas de llorar?

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—¿Por qué te hizo eso? — comentó la chica sumamente triste, no se imaginaba que alguien pudiera tratar así a Luffy.
—En ese momento no lo supe, pero tampoco era la primera vez que lo hacía, normalmente se portaba así cuando habían personas y cuando estábamos solos era una colmena de miel — suspiró lentamente, ¿se iba romper?
—¿Y por qué lo aguantaste?
—Porque no quería que se fuera.

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El chico se acercó a la puerta de la escuela vecina y esperó alegre a Sanji. La campana sonó alto y los chicos empezaron a salir y las miradas de asco le empezaron a importar poco.
—Oh, tú eres el chico de aquella vez ¿no? — una chica de cabello largo y azul celeste se acercó a él.
—Sí, ¿ustedes son amigos de Sanji?
—¿Ya no te acuerdas de nosotros?
—Lo siento, no recuerdo — dijo apenado, tal vez no había tomado atención a los chicos por estar mirando a Sanji.
—No te preocupes — habló el pecoso —, por cierto, hemos visto que sales mucho con Sanji.
—Ah sí, ¿qué relación tienen? — Luffy quedó totalmente asombrado por la pregunta, ¿cómo es que no les había dicho Sanji que eran novios?
—Ah, pensé que ya les había dicho — habló desanimado.
—Es mi amigo — la voz de al fondo llamó la atención de los 3 y más la de Luffy.
—Ah, bueno, así está mejor — habló la chica.
—Porque si estuvieran juntos... — Sanji golpeó a su amigo, su cara parecía preocupada.
—¿Nos vamos? — le habló a Luffy y caminó adelante de él, el chico sin las ganas de sonreír sólo se despidió con su mano de los chicos y fue corriendo atrás de Sanji.

—Sanjiiii — le habló bajito — ¿por qué sólo amigos? — le era tan raro, porque él siempre le había dicho a sus amigos que tenía novio, el mejor de todos.
—Luffy... Somos diferentes ¿no te acuerdas de eso? — el menos asintió sin decir nada pero el nudo en la garganta le decía que iba a llorar — además, si los de la escuela saben que estoy con un chico, tendré problemas con mis padres y... — observó a todas partes para ver si no había nadie — te amo, y no me gustaría que me mandaran a otro país por esto — le besó la frente y Luffy tan sencillo le sonrió y creyó en él al 100%, después de todo entendía el problema.
—¿De verdad me amas?
—De verdad te amo.

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—¿Sabes?
—¿Qué pasa?
—Yo admiraba a Sanji, porque era súper inteligente, iba a manejar una empresa muy grande en Alemania... Sabía tantas cosas — se le volvió a romper el corazón y la chica sólo miraba cómo Luffy se caía a pedazos —, que preferí engañarme y dejar al lado el sentimiento de que algo andaba mal.
—¿Y sí había algo malo?
—Todo era malo.