"Gesamtlieferung"

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Capítulo XIII


°La tan esperada Unión°



Ya me encontraba harta de estar en el carro, el camino se me hacía eterno y eso que yo no manejaba, solo sé que en cuanto llegue me poder dar un baño y podré estar a gusto junto a Carlisle. Mi dios misericordioso escucho mis plegarias y por fin llegamos a tan hermoso lugar me he quedado sin palabra y no es por el frío que me congeló los labios sino por lo hermoso que es.

- ¡Es hermoso! – exclamo extasiada.

- Claro que lo es, Esto es Nunavut – señalo mi esposo.

Sin pensarlo corrí hacia Carlisle que estaba por bajar las maletas del auto y sin previo aviso me lanzo a sus brazos quedando cara a cara, él no esconde una sonrisa de las que me encantan, lo beso deseando que así le demuestre lo mucho que lo quiero.

Con su velocidad en un parpadeo de ojos me encuentro frente a la puerta de la casa donde tendremos nuestra estadía. Me tomo en sus brazos cargándome como a una princesa para entrar a casa.

- Creí que esto ya no se hacía – le dije.

- Estoy chapado a la antigua – responde riendo.

- Aunque si soy sincera, siempre dese que lo hicieran cuando me casa, si es que me casaba – le expongo.

- Entonces me alegra que así haya sido – aún en sus brazos sonrió como una completa tonta cuando Carlisle abre la puerta entra a paso humano dejando así ver un poco de la casa, pero no mucho lo único que me ha dejado ver con más detalle es la habitación que compartiremos durante nuestro tiempo acá.

- Espero y sea de su agrado, La mía bella signora, mia bellissima mogle

- No te he entendido, pero gracias – me rio, pues no hablo italiano y aunque al ser un idioma que perteneciente a la lengua Romance, así como el español, lo que había cosas que, si entendía, pero no cuando me hablan de forma fluida.

- No importa pequeña, explora la habitación porque de aquí no saldrás en un buen tiempo - Carlisle se largó a reír como un loco cuando vio mi cara- volveré en un parpadeo iré por las valijas.

Sin poderle responder Carlisle se había esfumado como humo en el viento, pero como lo dijo en una respirada lo tenía detrás de mí besando mi cuello con sus manos en mi cintura, solo me dedicaba a disfrutar.

Mis prendas fueron cayendo una a una dejando mis hombros descubiertos, para cuando a Carlisle le hiciese falta espacio en mi cuello lo levantó para poder seguir degustando de él, mentiría si no me hubiese pasado por la cabeza que me podría morder, pero dejase esa idea cuando mi primer gemido salió de mis labios.

Mis prendas fueron cayendo una a una dejando mis hombros descubiertos, para cuando a Carlisle le hiciese falta espacio en mi cuello lo levantó para poder seguir degustando de él, mentiría si no me hubiese pasado por la cabeza que me podría morder ...

Carlisle se cansó de esa posición, ahora recostándome en la cama con él sobre mí, con sus labios sobre los míos callando así uno que otro suspiro a causa del contando de su piel fría con mi cuerpo totalmente caliente es simplemente glorioso. Sus manos no tenían un punto fijo estaban recorriendo mi cuerpo de una manera única.

Invertí las posiciones ahora él se encontraba debajo de mí, eso hacía sentir poderosa de muchas maneras, sin dejar que hablase volví a atacar sus labios dejando una que otra mordida a lo largo de su mandíbula hasta llegar a su cuello donde lo probé totalmente, está súper caliente y sin saber cómo encontré más placer al frotarme contra su cadera baja, era exquisito simplemente exquisito.

Mi verdadero Amor - Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora