No es fácil pedir disculpa

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Hace cuatro años, ubicación en alguna parte de Tokio.

Un grupo de niña, estaban golpeando a una pequeña niña, que vestía un uniforme de colegio elemental.

—Oye, ¿cómo que no nos harás la tarea?—una niña golpeo a la niña de colegio elemental—Cheiko, eres una chica inteligente, y como tal debe hacernos las tareas.

Chieko, cayó al suelo al igual que sus lentes, que volaron unos metros de los ojos de la niña.

—Ustedes...deberías hacer sus propias tareas—Cheiko, trató de levantarse con dificultad.

—Tonta, nosotros te mandamos y tu obedeces—la niña líder, empezó aplastar la espalda de la niña—Vamos, haz la tarea.

Chieko, volvió a decir que no, y la niña líder, pateo a la pequeña

—Vamos, di que sí, pequeña niña—la líder del grupo de niña, sonrió al ver como Chieko, estaba sufriendo.

—Esperen, niñas estúpidas—se escuchó una voz femenina.

Las niñas, observaron que la dueña de la voz, era Hikari, una de su compañera de curso.

—Odio a las personas, que se aprovechan de los demás —Hikari, corrió hacia la líder y le dio un golpe en el estómago.

La líder, se sujetó su parte afectada, y miro con furia a la pequeña Hikari, que se había puesto en posición de ataque. La líder, ya algo recuperada del impacto empezó a pelear con su oponente, primero trato de darle una patada, pero Hikari, se agachó, para evitar el golpe y dio una barrida a su oponente que volvió a caer al suelo.

La niña, observó desde el suelo a Hikari y decidió, irse junto con su grupo.

Cuando las enemigas se largaron corriendo, la pequeña salvadora, se acercó a Cheiko, y le ofreció su mano derecha como apoyo, la pequeña tomo la mano de Hikari, y se levantó.

—Gracias, Hikari-chan—le sonrió Chieko a su salvadora.

—No hay de que—Sonrió la pequeña Hikari, y agregó pasándole los lentes a Cheiko—No me agrada que dañen a indefensos.

Cheiko, que estaba en el puesto de adelante de Hikari, estaba viendo los nudillos de su amiga.

—Rayos, deberías ir a la enfermería—Chieko, sujetaba la mano de su amiga.

—No tengo ganas—Hikari, comentó con molestia y desvío su mirada hacia la ventana.

Chieko, suspiro con algo de frustración, ella sabía que su amiga solo actuaba así para fanfarronear.

«Es una suerte, que hice el taller de primeros auxilios, y me compre un kit de emergencia » pensó Chieko, que busco entre todas sus cosas y encontró el kit.

Saco del kit, un frasco de alcohol, algodón y unas vendas, y sin que Hikari, se diese cuenta, la amiga, le paso el algodón con alcohol, en los nudillos.

— ¿Qué haces?—Hikari, que había sentido como le ardía su herida, observo a su amiga.

—Como no quieres ir a la enfermería, yo me encargar e de tratar tus nudillos—Chieko, le contestó a su amiga y preguntó a la sukeban— ¿Te duele?

—No, que va—Hikari, fingió una sonrisa

Chieko, miro a su amiga con una cara de no te la creó, esta cara puso nerviosa a la problemática chica.

—Mentirosa, te conozco bien—Chieko, le dijo a Hikari.

—Este...bueno...yo—Hikari, desvío su mirada y observó el patio desde la ventana.

De sukebanchou a ShamanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora