Sin límites (Riren)

Sensación y confianza

- ¿Por qué estoy solo? -Se preguntó así mismo aquel castaño de ojos color esmeraldas y de piel morena sentado bajo un árbol esperando a un amigo de él, hace poco había roto su amistad con su media hermana, debido al hecho que ella se declaró pero él no pudo corresponder ya que su preferencia no eran las chicas.

-Quizá porque no has encontrado a quien te quiera, o quizás no lo sepas -Una voz le contestó apenas lo escuchó preguntarse eso.

- ¿Armin?-alzó su mirada, asegurándose. Si se trataba del mismo Armin, su amigo de la infancia.

-Eren... No pienses en eso ahora, quizá ya encuentres a alguien, ¿nos vamos?-preguntó el rubio con una sonrisa, pues esa tarde tenían planeado ir hacia aquel lago el cual era su lugar favorito.

- ¡Oh si, vámonos! -contestó animado y se levantó del suelo para después rodear el cuello de Armin y empezaron su camino hacia el lago, que por suerte no quedaba tan lejos de allí. En el camino iban charlando de cómo los trataba la vida y pues Armin estaba en una relación con Jean, al parecer aquel chico con cara de caballo o así era llamado por Eren, sabia como tratar con Armin. Llegaron al lugar poco tiempo después.

- ¡Wow, ha cambiado tanto!- exclamó Eren con una sonrisa, ya hacia un tiempo no habían ido por ahí.

-Tienes razón... la próxima vendré con Jean ¿te parece, Eren? -preguntó Armin mirándolo.

-Claro, no hay problema -contestó.

Estuvieron mayor parte del día, charlas, risas y sus juegos como si fueran niños de menores de 6 o 7 años. Eren se había sentado sobre el pasto y mientras observaba aquel lago que, hace unos años atrás sus padres lo habían traído para entretenerse, por tal razón era su lugar favorito.

«No quiero regresar...» pensó.

- ¿Eren, Eren? Oye -Armin lo llamó varias veces, pero el castaño estaba pensativo sobre que hacer, ya que para su «suerte» vivía con Mikasa, la chica el cual rechazó unos días atrás y no había regresado desde ese entonces.

- ¡Eren!-Tuvo que gritar para poder llamar su atención.

-¿Ah? ¿Armin? -dirigió su mirada hacia el rubio, con ese grito claro que reaccionaría.

-¿Qué te ocurre? -Le preguntó.

-No, no es nada... estaba pensando en unas co... -no pudo responderle por completo ya que en ese momento sintió un golpe en su espalda-.Pero qué demonios -musitó, volteandose para ver quién o lo habría golpeado, se trataba de un pequeño, quién al parecer estaba corriendo y por accidente había chocado contra él.

-L-lo siento, lo siento -contestó el pequeño un poco cabizbajo.

- Oh, tranquilo... ¿Estás bien? - preguntó Eren a la vez que lo ayudaba a levantarse-. ¿Cómo te llamas?

-¿Yo? M-me llamo... Aido.

-¡Oi, mocoso resbaloso! -se escuchó un grito a lo lejos, se trataba de un conocido del pequeño que logró acercarse a ellos-. ¿Por qué corrías, mocoso? -preguntó aquel chico de cabello oscuro, aparentemente estaba cuidando del niño, de atrevió a tirar de la oreja al pequeño.

-D-duele... oni-chan, duele -se quejó Aido ante el jalón de su oreja.

-Tch, no soy tu hermano, mocoso-exclamó el tipo.

-E-espera, no lo hagas. -intervino Eren a la vez que sujetaba la mano del chico, era muy apegado a los niños y no le gustó que lo hiciera.

-Eh... ¿Y quién eres tú? -Le preguntó, fijándose su afilada mirada sobre Eren al momento que fue sujetado-. ¿Por qué me sujetas la mano?