¿Amor? , no gracias.

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—¿el?.
se rió para sus adentros y negó
—el no es tu tipo.

Maya se giró para ver al chico que dejaba pasos pesados abriéndose camino entre el mar de estudiantes. Parecía llevar prisa, su melena color castaña y sus ojos verdes aniquilaban al que siquiera se atreviera a pasar junto de él o pararse frente.

—Lo puedo tener comiendo de mi mano.
dijo segura.

— ¿apostamos?.

—pero antes tiene que haber un premio, algo que valga la pena, tanto cómo para dejarte callado por dudar de mi.

Contraatacó hacia su mejor amigo.

— bien... Tendré que pensar en algo que sea bueno. No monetario o al menos no tan alcanzable.

Dylan, el mejor amigo de maya, ambos se conocían desde el jardín de niños y ahora se encontraban en medio del pasillo principal, debatiendo en cómo Maya no tenía los atributos o siquiera el título para poder acercarse a ese ñandertal.

Aquel chico por el cual apostaban no tenía la mejor reputación de la preparatoria. Alto, tatuajes, botas de cuero y una chamarra que parecía pesar por lo menos cuatro o cinco kilos de piel .

Rondaban varias leyendas alrededor de aquel dios del Olimpo: Qué si había estado en la correccional, que si había matado a alguien o incluso que vendía droga en los pasillos.
Nadie sabía a ciencia cierta qué era lo que sucedía alrededor de la vida del chico misterioso. Solo tenía dos o tres "amigos", que ahora observando a más detalle, casi nunca se les veía juntos.

La pregunta era, ¿cómo iba a acercarse?, si parecía que te eliminaba con la mirada por solo tratar de entablar una conversación con el.

La carismática maya, una chiquilla que en el Cutis del rostro llevaba pequeñas chispitas de sol y unos ojos grandes color azul;al contrario del ruloso, de la vida de maya todos sabían por lo menos lo básico.
Sus padres llevaban grandes cantidades de dinero, Si se quería comprar la mitad del mundo podria hacerlo sí se le daba la gana.

Maya suspiró y se cruzó de brazos.

—tic, toc.

Mencionó Dylan chasqueando La lengua tratando de presionarla.

Cuando el misterioso chico le rosó el hombro, ambos cruzaron miradas por unos escasos nano segundos. Los ojos verdes se posaron sobre los orbes grandes y azules de la chica.
En comparación de tamaño, maya era demasiado pequeña y delgada contra la altura prominente del grandulon oji verde. Y por un momento, maya quizo guiñarle el ojo o algo pero no pudo...

Pero cómo era bien sabido en maya, nunca le gustaba rendirse... Era un reto, un reto el cual ella lo aceptaba... Y lo iba a ganar.

Entonce la oji azul miró hacia su amigo con una enorme sonrisa.

— pan comido.

Y sin más, tomó su bolso y trató de correr detrás de él ruloso y aunque sus largas piernas hicieron un esfuerzo por alcanzarle el paso, no pudo lograrlo. El castaño se perdió por el pasillo y mientras trataba de dar con el, a lo lejos escuchó el ruido de una moto arrancar y posteriormente, ya no dio con el. Se había ido.

...

Maya duró toda la tarde tratando de averiguar más de él. Abrió facebook, instagram, incluso preguntó si alguien sabía algo de él. Pero, nadie, ni siquiera había alguna página social. ¿Quién en pleno año 2021 no usaba redes sociales?, si, el misterioso.
Que ahora, sabía su nombre, Harry.

Logró preguntarle a las más cotillas de la escuela si sabían algo respecto a harry, pero nadie sabia que hacía por las tardes, su familia, gustos, nada. Era cómo si el fuese un fantasma qué simplemente vagaba por el instituto y solo ella fuese consciente de su existencia.

ONE SHOTS || HARRY STYLES || LIBRO 2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora