Capítulo 5: No hay peor ciego que el que no quiere escuchar.

700 64 18
                                    




Florencia se quedó aturdida en el eco de su pecho.

Una burbuja suave como algodón de azúcar y efímera como pompa de jabón envolvía dos cartas de una baraja que el universo se había propuesto cruzar, en este primer encuentro las dos eran comodines, ni as, ni zota.

La más bajita no podía sacar la vista de la pelirroja que tenía a metros de ella, con la boca entreabierta sin poder descifrar, como quien busca leer el garabato del doctor camino a la farmacia,  esa sensación nueva que la acaba de zamarrear.

Jazmin miro a la morocha de pelo ondulado, sintió en la boca del estómago el pinchazo, sonrió al recordar la metáfora, con su mirada trato de escudriñar en esos ojos marrones, tratando de adivinar si esa morena, que tenía enfrente estaba escuchando el mismo barullo dentro de su ser, sin sinónimos, ni antónimos tratando de encontrar las palabras que sonaran coherentes para definir el temblor de su cuerpo.

Se miraron, se volvieron a mirar, se buscaron, se escondieron, se preguntaron y sin respuestas aún, se descubrieron.

La voz masculina rompió la burbuja con sarcasmo.

D: tranquila reina ella es mi novia.

Jazmin camino dos pasos más cerca de Florencia, puff que viaje de ida fue sentir el perfume mezcla de champú malo de vestuario con la piel de esa joven, de la que ni el nombre sabia.

J: es eso verdad? estas bien?

Flor al verla tan cerca, se perdió en el mar verde de sus ojos, navegó un poquito lo suficiente para sonreír de costado para adentro, con ironía.

A esta altura Daniel ya estaba al lado de ella con el brazo sobre sus hombros.

F: eehh si, no, bueno no es tan así.

D: es que mi princesa  se me hace la dificil jaja no te preocupes que no pasa nada. vamos?. dijo mirando a la morena.

J: de verdad quieres irte con él ?

Florencia dudando hasta de como se llamaba, asintió con la cabeza sin emitir sonido.

Jazmin dio media vuelta puso la alarma a la distancia del jeep rojo en el que había llegado y se dirigió a la entrada del club antes volteo en dirección a  Florencia que se ponía el casco.
Sus miradas se cruzaron y en ese preciso instante rodó entre ellas un ovillito de hilo de seda rojo, no quedó tirante, tampoco flojo, enredado y desordenado quizás.

Daniel le había sacado de la mano la llave de la moto a Florencia,  puso en marcha la misma y con el ruido del motor la morena volvió a la realidad, su garganta necesitaba un trago, su ser una explicación.

Oficina del presidente del club.

P: Bienvenida srta del Río, que gusto tenerla aquí.

J: gracias por la convocatoria creo que era lo mejor venir a definir algunas cosas personalmente.

P:  sí claro, para nosotros es un honor que pueda aceptar nuestra propuesta, como ya mas o menos le adelante en la comunicación telefónica, queremos este año suba de categoría nuestra división de hockey femenina, para jugar el campeonato nacional y claro ganarlo sería el broche de oro, necesitamos el dinero del premio y poder vender jugadoras que de verdad tienen un nivel superior , así el club sería visto como una cantera de jugadoras profesionales  para clubes extranjeros.

J: claro entiendo, la verdad los temas financieros no son de mi preferencia, yo solo me encargo de lo deportivo y  su proyecto a veces no es fácil de llevar a cabo lleva tiempo…

Déjame acariciar tus cicatrices y besar tus miedos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora