O3: soft flower.

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—¿Qué haces, Kookie?

JiMin llegó a lado del menor con sonrisa de conejo, percatándose de lo que hacía. Una pequeña sonrisa se asomó en él.

JungKook en cuanto notó la presencia de su Hyung allí volteó a verlo con una radiante sonrisa.

—¡Quiero unas flores!

—¿Flores? ¿Para qué?— La confusión en el rostro de JiMin era palpable, sin embargo nunca dejó su sonrisa de lado.

El menor soltó una risita, agarrando con unas de sus pequeñas manos una de las tantas margaritas que estaban esparcidas por todo el parque. Se levantó del pasto y extendió sus brazos hacia JiMin, quien al ver la adorable escena que tenía al frente no hizo nada más que sonreír encantadoramente.

JungKook agachó su cabecita, dejando caer el flequillo para cubrir sus ojos. Sus mejillas estaban pinceladas de un lindo rosa, así como también sus orejas. Además, en sus pequeñas manos se mantenía con firmeza aquella flor que había agarrado anteriormente.

—Para ti, Hyung.

JiMin realmente no supo que hacer o decir, ¿su lindo Kookie le estaba regalando una flor? Cuando menos lo supo, ya su corazón saltaba de alegría y sus ojos reflejaban ese maravilloso brillo que tanto le gustaba al menor ver.

—¿Para mí, JungKookie?

El mencionado asintió efusivamente alzando su cabeza, algo que causó ternura en el mayor.

—Gracias, conejito.— Tomó la margarita entre sus manos y sonrió aun más grande —Pero pienso que se vería muy bonita puesta en tu cabeza.

—¡Hyung! Es tuya, no tengo porqué quedarme con eso.— Negó con un puchero.

JiMin rió y se inclinó un poco para quedar a la altura de su querido amigo.

—Tú muy bien lo has dicho, Kookie. Es mía, entonces puedo hacer con esta flor lo que quiera.— El mayor afirmó con una sonrisa segura, desordenado ligeramente los negros cabellos de JungKook.

JiMin colocó de una forma delicada esa bonita margarita sobre la oreja de JungKook, acomodándola un poco para que quedara bien junto con su cabello. Volviendo a su posición anterior, se alejó con una satisfactoria sonrisa al ver la obra de arte que él mismo había creado con sus pequeñas manos; o al menos eso es lo que rondaba por su cabeza al observar con detenimiento al chico con sonrisa de conejo con esa blanca flor sobre su oreja, dándole un muy hermoso contraste a su rostro como también a su oscuro cabello.

—Bonito.

Las mejillas de JungKook podían ser muy similares a unos caramelos de fresa, de un momento a otro habían agarrado mucho más color.
¿Qué era eso que su Hyung le hacía sentir?

—¡JiMinie!

—Es la verdad! ¡Eres muy bonito! ¡Bonito! ¡Bonito! ¡Bonito! ¡Bonito!

—¡Yah, Minie!— Puchereó, extendiendo sus bracitos, esperando que Minie lo sostuviera en sus brazos y nunca lo soltara.

Y JiMin sin decir una palabra más, lo abrazó fuertemente, teniendo cuidado también en que no se pasara con su fuerza.

¡JungKookie eres tan hermoso como la florecita que tienes puesta!

Children┃JiKook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora