Children┃JiKook.

1O: castles 'n princess.

Disney.

Cada vez que a JiMin y a JungKook le preguntaban sobre cuál era su programa favorito de televisión, ambos niños respondían con euforia que era Disney.

Es que sin duda amaban esos cuentos llenos de magia, castillos, héroes y canciones por cantar alegremente.

En especial a JungKook le fascinaban esos programas, o al menos eso es lo que pensaba JiMin, ya que siempre que se acostaba con él para ver sus películas de fantasía, a su amiguito parecían brillarle los ojitos.

Y esa otra de las razones que tenía JiMin para amar Disney, además de hacerlo feliz a él, hacía feliz a su JungKookie.

Esta vez ambos se encontraban viendo esa película en la que la princesa tenían un bonito vestido azúl, aunque en realidad al principio no fuese una princesa, más bien una chica normal que trabajaba para su madre malvada. Pero como es común en ese universo, el final feliz no puede faltar, una hada magica le concedió el deseo de bailar con el príncipe y vivieron más felices que una lombriz.

—¡Hyung! ¡Hyung! ¡Quiero ser una princesita!— El pequeño JungKook exclamó con felicidad, a la vez que tomaba entre puñitos la ropa grande de JiMin, quien al escuchar esas palabras, frunció su ceño levemente e hizo una mueca.

—¿Una princesa, Kookie? ¿No será un príncipe? Eres un niño, conejito.— Pasó sus manos por el cabello del menor, acariciándolo tiernamente.

El mayor se preguntaba por qué de repente su amiguito había dicho eso, no lo entendía del todo.

JungKook abultó sus labios temblorosos, y sus ojitos se pusieron brillosos. JiMin de inmediato lamentó haber dicho esas palabras, había hecho sentir a su pequeño niño, y le había prometido a su Mami que nunca lastimaría a Kookie.

Pero ahora hizo todo lo contrario, él quiso pellizcarse las mejillas por ser tan tonto.

—Oh, Koo-

—Yo quiero ser una princesita, porque ellas tienen a un príncipe y un bonito final feliz.— Lágrimas espesas empezaron a bajar por sus mejillas recientemente coloradas —Tú eres mi príncipe, JiMin Hyung. —Alargó el honorífico, sonando casi como un quejido lastimero.

El corazón de JiMin se rompió un poquito.

—¡Ya no llores, JungKookie! ¡Yo seré tu príncipe y todo lo que desees! ¡E incluso. puedes ser una linda princesa!— Él rápidamente tomó al menor entre sus brazos, poniéndolo con algo de torpeza sobre sus piernas, y abrazarlo con toda la fuerza y amor que tenía para dar.

—¿Lo prometes?— JiMin secó con las mangas de su buzo las lágrimas de sus mejillas para luego depositar un dulce beso en su frente, JungKook sonrió ante la acción de su Hyung y extendió el dedo meñique, en señal de promesa.

—Lo prometo, JungKookie. Yo seré tu príncipe de cuento de hadas.— Con una  sonrisa sincera, entrelazó su dedo con el del pequeño, quien sonrió en grande al observar su marca de promesa.

—¡Te quiero, JiMinie! ¡Mucho, mucho, mucho!— JungKook rodeó con sus bracitos el cuello de JiMin, escondiendo su rostro en el lugar que siempre sería su favorito; el cuello de su Hyung.

—¡También te quiero, Kookie! ¡Mucho, mucho, muuuuucho!

Síp, definitivamente a los dos le encantaba Disney. Sobre todo, porque empezó con una inocente promesa que en un futuro uno de ellos se encargaría de mantener firmemente.