Destino

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«No iré.»

Donghae le mandó el mensaje y tiró el celular en el sofá, con la esperanza de que lo dejara de molestar aunque sabía que no sería así.

No podía creer que con veintiún años aún se deje controlar por su madre, pero así era.

Deseaba tener el coraje de poder enfrentarla cara a cara y decirle "no, no haré lo que me digas, ya soy un hombre grande que es capaz de tomar sus propias decisiones" pero no podía, porque aunque por mensaje era fácil decirle que no, sabía que de todas formas terminaría haciendo lo que su madre le pidiera.

Decidió hacerse un té y recostarse en el sofá a ver televisión, esperando encontrar alguna película buena.

The lovely bones estaba comenzando y como fanático de las películas tristes y emotivas, no podía perdérsela, por lo que en seguida se sentó cruzando las piernas, con la tasa caliente de té entre sus manos.

Durante la escena en la que Susie construía el pequeño barco en la botella con su padre, pudo oír cómo comenzaba a llover fuertemente afuera.

No le dio importancia y continuó viendo la película durante un rato más, hasta que fue interrumpido con golpes en la puerta mientras derramaba lágrimas debido a que el hermanito de Susie le contaba a la abuela que ella estaba en medio del cielo y la tierra.

Se limpió rápidamente las mejillas con un pañuelo y se dirigió extrañado hacia la puerta, antes de abrirla se fijo por la mirilla quién era.

Se encontró con un chico con ropa deportiva totalmente empapado por la lluvia de la cabeza a los pies.

Inmediatamente tomó sus llaves y abrió la puerta.

—H-Hola... estaba corriendo por aquí y de repente comenzó a llover, toqué varias puertas pero nadie me abrió, gracias a Dios que tú sí lo hiciste, me preguntaba si ¿n-no tendrás un paraguas?—Le preguntó sin parar de temblar.

Donghae lo observó casi que horrorizado.

—¿¡Un paraguas!? ¡Pero estás todo mojado, entra!—Exclamó empujándolo dentro de la casa.

Donghae lo obligó a sentarse en el sofá en el que hasta hacía unos minutos él había estado viendo la película.

Rápidamente fue al baño en busca de una toalla grande para dársela.

—Toma.—Le extendió la toalla y él en seguida se la puso.

—Lo lamento, te estoy mojando todo el sofá.—Se disculpó algo avergonzado, moviéndose incómodo.

—No le des importancia, te traeré un té, ¿o prefieres un chocolate caliente?

No tardó más de cinco segundos en decir que prefería el chocolate, por lo que Donghae fue a la cocina y mientras buscaba una taza, su conciencia le cuestionó por qué le había abierto la puerta de su casa a un completo desconocido, pero llegó a la conclusión de que no podía simplemente dejarlo a su suerte con esa lluvia.

El pobre seguramente se enfermaría muy feo luego de haberse mojado así, sobre todo con la ropa que traía, la cual sólo consistía en una sudadera celeste sin mangas y un pantalón de chandal del mismo color.

Destinados ➳ EunhaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora