Mamá

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Pov Hyukjae.

—No estoy muy seguro sobre esto, Hyuk.—decía Donghae mientras nos adentrábamos en la tienda que estaba llena de gente con el setenta por ciento, o quizás mas, de su cuerpo tatuado y perforado.

Estaba claro que él no se encontraba muy cómodo en ese ambiente. Por supuesto que no, aún era un niño de mamá, pero se había ofrecido a acompañarme, y eso era suficiente para mi. Lo tomé de la mano derecha y le sonreí. Me devolvió la sonrisa, pareció relajarse con eso.

—Tranquilo, todo saldrá bien. Es sólo un tatuaje, no me matará.—afirmé acariciandole la mejilla.

—Lo sé, pero...—suspiró, como si estuviera tratando de contenerse y no decir lo que pasaba por su cabeza. De hecho, eso era exactamente lo que hacía. Lo sabía.

—Me importa una mierda lo que piensen mis padres.—dije poniendo los ojos en blanco. Ya estaba lo suficientemente grande como para que les tenga que estar pidiendo permiso para tatuarme. Si no les gustaba, pues que no lo vean.

—No son ellos los que me preocupan, precisamente.—susurró cabizbajo.

Lo sabía. Sabía que si sus padres me veían tatuado, lo más probable sería que se enfadaran, y en el peor de los casos, trataran de alejarlo de mi. Pero yo no lo permitiría.

¿Saben de esas personas con las que te sientes sumamente conectado? Que aunque sean diferentes a ti de los pies a la cabeza, sientes que no podrías vivir sin ellas. Así me pasa con Donghae, increíblemente.

—¿Lee Hyukjae? Ya puedes pasar, perdona por hacerte esperar.—me dijo Chanyeol sonriendo y señalándome una camilla, invitándome a sentarme.—¿tú lo acompañaras?—le preguntó a Donghae.

Él asintió repetidas veces, claramente nervioso otra vez. Me acompañó y se quedó de pie a mi lado.

Chanyeol es un compañero de la universidad que conocí el primer día de clases. Le había comentado mi idea de hacerme un tatuaje y él me dijo que trabajaba medio tiempo en una tienda de tatuajes, por lo que no lo tuve que pensar más. Podía lucir algo intimidante con su más de metro ochenta, su cabello rojo fuerte y sus múltiples tatuajes, pero de hecho no podía ser más diferente de lo que se veía por fuera.

Por eso me daba tanta risa que Donghae pareciera temerle.

—Bien, le di unos pocos retoques, te lo mostraré para que me digas si está bien y podemos comenzar.—me mostró una hoja con el diseño que le había mandado por mensaje.

Observé las alas de ángel dibujadas a mano y sonreí. Podría parecer algo muy cliché la idea de alas en la espalda, pero mi idea era un poco distinta. Una de las alas era blanca y hermosa, mientras que la otra era negra y tenía algunas plumas salidas. Supongo que podía representar mi lado bueno y mi lado ¿malo? No lo sé, sólo sé que desde que Chanyeol me mostró el diseño, me encantó.

—Chanyeol, confío en ti, sólo hazlo.—dije quitándome la camiseta para que le sea más cómodo.

Donghae resopló, y yo sólo le apreté la mano. Parecía tan asustado como si al que fueran a tatuar fuera a él y no a mi.








~•~







Pov Donghae.

—Son hermosas...—susurré sentado en la cama, con Hyukjae frente a mi, pero dándome la espalda. Me había pedido que le pusiera crema en el tatuaje porque obviamente él no podía hacerlo solo.

¿Cómo podía ser que algo que doliera tanto, fuera tan... precioso?

—Creí que no te gustaría. Parecías muy asustado en la tienda.—dijo riendo.

Destinados ➳ EunhaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora