Epílogo

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Pov Donghae

Suspiré mientras leía el mensaje que me acababa de llegar. Últimamente siempre era lo mismo, me estaba comenzando a cansar.

«De: Hyukkie❤️

Lo siento, amor. Llegaré tarde a casa otra vez.»

Si bien me encantaba que me llamara así, el hecho de que me dejara plantado una vez más, le quitaba toda la magia. Y pensar que hacía un año, en nuestra luna de miel en Estocolmo, no me quitaba las manos de encima. Ahora hacía semanas que no me tocaba un pelo, todo porque luego de volver de aquel maravilloso viaje, su padre cayó enfermo y Hyukjae se vio obligado a tomar las riendas de su empresa, siendo el único heredero de esta.

Claro que lo comprendía, tenía a su padre en el hospital y además debía hacerse cargo de toda una organización que había quedado a la deriva. Pero... Sin darse cuenta, me había dejado un poco de lado.

Hoy se cumplía un año desde que nos casamos. Tenía la esperanza de que al menos lo recordara.

—Mamá... —sollocé con mi celular en mano, mientras me encontraba recostado en aquella cama grande que él y yo habíamos escogido para nosotros.

Me sentía de nuevo como el niño de mamá que en algún momento fui. Que no salía de casa sin permiso de ella, que había aceptado casarse con un hombre que no conocía.

—Ya, mi niño, no llores. Sabes que Hyukjae ha estado muy ocupado últimamente, puedes hablar con él sobre esto en lugar de ponerte mal, ¿no crees? —Me decía mi madre, con ese tono que utilizaba cuando solía tener pesadillas a los siete años.

Me limpie las lágrimas que me mojaron el rostro con las mangas de mi suéter. Me sentía como un total idiota, pero le dije que tenía razón y termine la llamada. Aunque yo tuviera la intención de hablar con Hyukjae, no me respondía las llamadas.

Me asusté en cuanto pude escuchar la puerta de entrada abriéndose. Fruncí el ceño mientras le daba un vistazo a la hora en mi celular. Marcaban las cinco de la tarde, lo cual se me hizo algo rarísimo, ¿no me había dicho que vendría tarde?

Me levanté de la cama, sorbiendo la nariz. Atravesé el pasillo y llegué hasta la sala de estar, en donde vi a Hyukjae sentado en una silla, con la cabeza gacha y despeinándose su negro cabello.

—¿H-Hyukjae? —lo llamé, dándole un pequeño toque en el hombro.

Se sobresaltó y giró la cabeza para poder verme. Se le notaba el cansancio en la mirada con esas ojeras marcadas.

—Hae, amor —murmuró tomándome de una mano.

Se me estrujó el corazón al oír aquel apodo, en ese tono ronco que denotaba su agotamiento. De repente todo el enfado se había esfumado y realmente me importó una mierda el aniversario. Todo lo que quería era que Hyukjae me sonriera. Que estuviera bien. Ha tenido unas semanas de puro trabajo sin parar, supongo que es normal que se le haya pasado esta fecha.

—Pude convencer a Jaehyun de que me reemplazara en las horas que me quedaban para poder venir temprano —explicó sonriendo.

Al notar que andaba en las nubes, se puso de pie y me tomó de la barbilla, haciendo que lo mirara a los ojos.

—¿Qué te pasa? Creí que te alegraría, estás un poco raro —me preguntó preocupado, frunciendo el ceño.

—N-Nada... ¿tú cómo estás? Deberías descansar, ¿te preparo algo?

Hyukjae soltó una risa.

—¿A mí, Donghae? A mí no me vas a mentir en la cara, anda dime, ¿acaso estás enfadado por algo? Sabes que puedes contarme lo que sea, amor.

Destinados ➳ EunhaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora