—¿Por qué? Mamá...—Donghae puso los ojos en blanco mientras se cruzaba de brazos.
—Porque es la tradición, no puedes ver al novio hasta que estén en el altar. De lo contrario, da mala suerte —explicó revolviéndole el cabello con una sonrisa.
Donghae resopló, ¿y por eso era necesario tenerlo encerrado en su habitación de cuando era adolescente, como si fuera un prisionero? Su madre estaba loca si pensaba que se quedaría de brazos cruzados esperando a que se hiciera la hora de la boda, sin ver a Hyukjae.
—Tengo que irme para arreglar los últimos detalles con el club, no hace falta que te diga que no te muevas de aquí, ¿verdad? —sin esperar a que respondiera, abrió la puerta de la habitación y cerró con llave.
¡Con llave! Donghae se acercó para intentar abrirla, pero fue totalmente inútil. Hasta que recordó que su madre se olvidó de quitarle el celular. Lo sacó de su bolsillo sonriendo y fue directo hasta el chat con su futuro marido.
«¿Por dónde te tienen encerrado?» Mandó mientras se tiraba en la mullida cama de la habitación.
No tardó tanto en recibir una respuesta.
«Me han retenido en un lugar secreto, mi amor. Me prohibieron decírtelo, me tienen amenazado.»
Donghae soltó una carcajada. Hyukjae sí que era un tonto. Pero aún así, no dudó en contestarle de la misma manera.
«A mi también me han encerrado, y te extraño. Mucho.»
Esta vez, Hyukjae no le contesto en seguida, cosa que lo hizo fruncir el ceño y abultar sus labios. Pasaron diez minutos y todavía nada, por lo que se resignó a dejar el celular encima de una de las mesitas de noche y se lanzó boca abajo en la cama. Respiró aquel aroma de la almohada que le recordaba a su adolescencia. Olía a esencia de vainilla, porque siempre solía ayudar a su mamá cuando a ésta se le daba por cocinar pasteles. No podía creer que aunque limpiaran esa habitación vacía todas las semanas, aún conservara su aroma original.
No obstante, después de unos diez minutos o quizás media hora, se aburrió de mirar el techo, y las estanterías viejas, vacías, donde solía guardar sus libros de la escuela. Se casaba mañana y por culpa de una estúpida tradición, no podía pasarla con Hyukjae. Recordaba que Heechul (amigo de Hyukjae que al final también se había convertido en su amigo) le ofreció una despedida de soltero, pero él la rechazó. Esas fiestas nunca terminaban bien.
Cuando estaba a punto de caer dormido, unos golpes sonaron en la puerta. Cansado, pensando que seguramente sería su madre para recordarle que no podía salir de allí, se puso de pie. Sin embargo, cuando escuchó una voz conocida del otro lado de la puerta, casi se cae al suelo de la sorpresa.
—Logré escapar de los guardias que tu madre dejó para retenerme, mi amor. También convencí a las empleadas de aquí para que me dejaran pasar por la puerta principal —explicó Hyukjae, y aunque no podía verlo, sabía que estaba sonriendo. Esa sonrisa de encías que tanto le gustaba.
Pero había un problema. Su madre había cerrado la puerta con llave antes de irse, para asegurarse de que estuviera ahí hasta el día siguiente. Chasqueó la lengua, poniendo los ojos en blanco y maldiciendo en voz baja a su progenitora.
—Dime que robaste una llave o algo así, porque me tienen encerrado aquí, amor —murmuró con temor a que su prometido se haya olvidado de ese pequeño detalle.
—¿Por quién me tomas? por supuesto, robé una llave que estaba escondida debajo del tapete de la entrada, y si no la hubiera encontrado, sería capaz de destrozar cualquier puerta con tal de rescatar a mi amado —dijo riendo.
Donghae soltó una risa, sintiendo su rostro calentarse. No le sorprendía la astucia de Hyukjae, y en cuanto éste abrió la puerta, no tardó nada en rodearle el cuello con sus brazos.
—Ahora dime, ¿qué haces aquí? Mi madre te matará si te descubre y me dejará sin marido antes de casarme —murmuró contra su cuello, sin soltarlo. Hyukjae comenzó a reír también, y lo tomó de la cintura.
—Aceptaré el riesgo, con tal de poder estar contigo —dijo, de pronto bajando sus manos hacia la curva de su trasero.
Donghae se alejó, apoyando las manos en sus hombros y observándolo, sonrojado.
—Quita las manos de ahí, ¿y si viene mi madre? —le pidió tomándolo de las muñecas para que se alejara.
Pero en lugar de hacerle caso, apretó aún más, causando que Donghae ahogara un gemido. Hyukjae se acercó para comenzar a depositar pequeños besos en su cuello.
—Hyuk... —suspiró sonriendo, tratando de alejarse.
Al final Hyukjae cedió y tomó distancia, pero solo para cerrar la puerta que aún seguía abierta. Se volvió a acercar hacia Donghae, quien se dio la vuelta para evitar que lo vuelva a tomar entre sus brazos. No funcionó, pues aún así, Hyukjae lo volvió a abrazar.
—Aleja tus manos inquietas de mi trasero, ¿oíste? Lo digo en serio —Donghae se alejó, señalándolo con su dedo índice.
—De acuerdo, de acuerdo —Hyukjae alzó sus manos en señal de paz.
Nada más le gusta a Donghae que ser tocado por las grandes y ásperas manos de su futuro marido, pero en esos momentos el miedo a que su madre regresara y los encontrara, era más grande. No entendió cuando de repente Hyukjae lo tomó de la mano derecha y volvió a abrir la puerta.
—¿Qué haces? Si mi madre vuelve y no me encuentra...
—Oh vamos, ¿acaso has vuelto a ser un niño de mamá? ¿te da miedo escaparte conmigo? —inquirió señalando la puerta con un movimiento de su cabeza.
Donghae lo pensó. No sería la primera vez que se escapaba con Hyukjae para huir de su madre, ¿por qué le importaba lo que ella pensaría? Y después de todo, en el fondo, estaba esperando que Hyukjae le propusiera aquello.
—No soy un niño de mamá... —susurró abultando sus labios. Hyukjae se acercó y lo besó, acariciándole la mejilla, sin soltarle la mano.
—Yo iría hasta el fin del mundo contigo ida y vuelta, Donghae.
Su futuro marido lo arrastró hasta fuera de la casa, llevando su índice a sus labios cuando pasaban cerca de alguno de los empleados, para que guardaran el secreto de la madre de Donghae. No sabía con seguridad si al final su madre se enteraría o no, pero no le importaba en esos momentos, porque sólo podía pensar en Hyukjae. En Hyukjae llevándolo a un lugar que no le quiso decir, aunque al final resultó siendo el cine. En Hyukjae besándolo en la oscuridad de la sala mientras todos veían la película, en Hyukjae hablándole sobre los signos y por qué Aries y Libra son compatibles.
Ese día comprendió por qué había decidido casarse con él. Porque gracias a él, había aprendido a ser libre.
—Yo también iría contigo hasta el fin del mundo, Hyukjae —murmuró antes de dar el sí, acepto, en el altar.
~•~
¡Hola! Tanto tiempo. Perdonen, hace una semana que terminé mis exámenes y oficialmente estoy de vacaciones. Me apena mucho no haber podido actualizar antes, pero acá les traigo el final. Sí, ya no creo seguir subiendo más extras, porque siento que esta historia está bien así como está, recuerden que yo en un inicio planeaba hacerla sólo de un capítulo.Aunque siento que la historia quedó un poco desordenada, que le faltó desarrollo a los personajes y a la trama, espero que les haya gustado❤️
Mención especial a: maryogom
y un feliz cumpleaños atrasado, perdón por no haber llegado a publicarlo en tu cumpleaños ):
PD: Tengo un eunhae en el borrador que posiblemente esté publicando estos días, estén atentis 🙊💗
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Destinados ➳ Eunhae
FanfictionDonghae está harto de su madre y sus constantes exigencias, pero no es capaz de negarle nada, ni siquiera cuando le pide que tenga una cita con un hombre que, según ella, será su futuro esposo. Cansado, decide ignorar sus mensajes y hacerse un té pa...