Kim Namjoon.

It's not easy with children

- ¿Amor? ¿Ya acabaste?- Pregunto el moreno cambiando su posición reclinada de un alguno de noventa, a una más relajada. Con el cuerpo ladeado, ladeado en su costado mientras acariciaba la espalda baja de la castaña que yacía boca abajo con un libro entre sus manos.

- Un capítulo más Joonie.- Contesto cortamente sin despegar la mirada del texto. El pelinegro recostó su cuerpo por completo sobre el suyo, recargando su mentón en el hombro de la chica que se quejó por el repentino movimiento y al haberse encontrado bajo su peso.- ¿Te quedarás así hasta que llegue al final?

- Mmh...- Murmuro en un asentimiento que provocó una chispeante vibración en su piel debido a sus labios sobre su cálida dermis.- ¿Me eh comportado bien esta semana?

- ¿Por qué preguntas eso? Actúas como Ji.- Replicó risueña comparándolo con su hija menor.- Joon, no debes preocuparte por ser el esposo perfecto. Te quiero como eres bebé.

- También te quiero mucho nena. Pero me preguntaba si te apetecía, no lo sé...¿Hacer el amor?- El tono de su voz cambio a uno más juguetón, el filtreo entre ellos jamás había desaparecido. Risueño al captar su reacción continuo en una suave risita nasal.- Se te ha puesto la piel de gallina, si no quieres está bien.- La tranquilizó acomodándose ahora a su lado. Esta cerró el libro y lo coloco en el aparador, sin antes haber dejado en su interior el marca páginas magnético en forma de tasa de café que su hijo le había regalado y echo con sus propias manos para el día de las madres (con ayuda de su esposo por supuesto).

Enredo sus piernas con las largas extremidades del moreno y se apretó contra su pecho. Namjoon dejo mimos en su espalda atrayéndola más hacia sí. Beso sus labios lentamente, con tranquilidad y dulzura. Las cálidas manos de la castaña quitaron uno a uno todos los botones de la camisa que Namjoon usaba para dormir. Ambos se sentaron para continuar besándose. Incluso a pesar de los años y que conocían el cuerpo del otro como la palma de su mano. Cada lunar, cada curva. Se sentía como la primera vez que se descubrían, que se entregaban nuevamente uno al otro, en cuerpo, corazón y alma.

- ¿Mami?- Una vocecita tímida se oyó detrás de la puerta seguida de unos casi imperceptibles golpecitos debido a que el mayor de los hijos Kim solo tenía tres años. Namjoon cubrió su rostro en señal de frustración escondiendo entre sus manos una sonrisa. Su pequeño pelinegro tenía el sentido de la oportunidad. No había noche que el niño no interrumpiera sus acciones. Val le consoló con un beso en el cuello, cerrando su camisa. Este acabo con la tarea mientras la castaña le abrió la puerta a un asustado Taejoon enfundado en su pijama de ryans idéntico al que solía tener su padre.

- Mami hay una sombra afuera y se cuela por mi ventana, me va a atrapar mientras duermo.- Sollozo.
Namjoon abrió un poco más la puerta agachándose a tomar en brazos a su hijo primogénito.

- No. Mi niño no se dejará asustar por una sombra, el es mucho más fuerte y valiente. Si tú no estás, ¿Quién protegerá a Ji?- Nadie podía decir
que esos hermanos no se querían. Eran incondicionales uno con el otro. Los pequeños Kim eran extremadamente unidos.

- ¿Papi me acompañas?

- Si osito.- Contesto dirigiéndose a la habitación que compartía con su hermanita. Giñandole un ojo a su esposa.

- Soy el mejor.