Capítulo 1

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]} conté por milésima vez el poco dinero que me quedaba. Joder, necesitaba ir a buscar trabajo en ese mismo instante. Lo primero que se me ocurrió fue coger el móvil y llamar a Abby, mi mejor amiga. Una vez que tuve el dedo encima de la tecla de marcación rápida lo recordé. Ella estaba a cientos de kilómetros de donde yo me encontraba. Salí huyendo de Arkansas, sin saber a dónde ir, y finalmente llegué a Luisiana, más concretamente, a Bon Temps, un pequeño pueblo ubicado al norte del estado.

Llevaba más de una semana allí. Me hospedé en un motel barato, y sobrevivía a base de botellas de agua, paquetes de patatas fritas, y unas cuantas hamburguesas del autoservicio más cercano. Sabía que si seguía así por más tiempo mi cuerpo se resentiría, y con el poco efectivo que me quedaba no podría seguir malviviendo de ese modo durante más tiempo.

Dejé el móvil sobre la cama y decidida, caminé hasta el diminuto cuarto de baño. A pesar de ser uno de los peores moteles en los que había estado, por fortuna la ducha contaba con agua caliente, así que permanecí unos minutos bajo aquella lluvia artificial, y dejé que el agua me relajara y destensara todos mis músculos.

Una vez fuera, abrí mi maleta y me dispuse a elegir mi atuendo. No era de esas chicas que se distinguen por su gusto al vestir, más bien era de las que solían ir en vaqueros y camiseta. Para mi fortuna, pude encontrar algo que podría funcionar. Una sencilla blusa blanca con flores y unos pantalones negros. Me calcé las bailarinas de piel que reservaba para ocasiones especiales, y finalmente, me maquillé un poco.

Me eché la última mirada en el espejo y salí de la habitación.

Al salir, me topé con el recepcionista del hotel, un hombre de unos sesenta años que parecía estar molesto todo el tiempo. Al verme me miró de arriba abajo y soltó un gruñido de desaprobación. Pasé de largo ante él, pero en mi fuero interno me moría de ganas de partirle la cara.

Caminé un par de metros hasta que divisé un garito repleto de gente. Sin pensarlo mucho entré y miré a mi alrededor, buscando una figura que representara algún tipo de autoridad en aquel lugar. Pronto descubrí a una camarera joven, la cual llevaba una bandeja repleta de copas a una mesa llena de hombres. Decidí acercarme a ella. Le toqué en el hombro, ella se giró sobresaltada y estuvo a punto de volcar la bandeja.

—¿pero a ti qué coño te pasa, tía? —

—Lo... lo siento —balbuceé.

Sólo quería saber si... —

—¿Si qué? —

—Tenéis alguna bacante o algo. Verás, yo soy de Arkansas y —

—Lo siento, cariño, pero me temo que ahora todos los puestos están ocupados. Podrías pasarte en unos meses y tal vez haya algo para ti —

—Vale. Gracias de todos modos — respondí, intentando ocultar mi desilusión. Bajé la cabeza y me dirigí hacia la puerta. Estaba punto de abandonar el bar cuando escuché la voz de la chica detrás de mí.

—Espera —

—¿Sí? —

—Podrías intentar en el Merlotte's, Escuché que Sam está buscando a una nueva chica. Está un poco lejos, pero creo que podrás encontrarlo. —

—No sabes cuánto te lo agradezco—

Ella hizo un gesto restándole importancia. Tras darme las instrucciones para hallar el local, salí de aquel antro y me puse en marcha.

Después de una media hora caminando por las calles sin encontrar el Merlotte's comencé a impacientarme, incluso llegué a pensar que me había perdido.

Hope (Sam Merlotte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora