Epílogo

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Sentir la fría brisa contra su rostro hizo que introducirá sus manos en bolsillos de su chamarra, su vista se posó en las altas paredes grises, impotente con solo mirarlo. sabia que ya era hora, debía y quería hacerlo, pero a pesar de los años tuvo miedo de verlo a los ojos, intento saber lo menos posible de él durante este tiempo, quería alejar su presencia de su familia... pero no podía correr siempre de lo vivido, de él.

Inspirando profundamente dejó salir el aire dando los primeros pasos, seguro en su caminata pero temeroso en su mente, el verle su rostro y no saber que le dirá, lo tenía inquieto.

Había hablado con su esposa incontables veces sobre lo mismo, nunca llegó a una discusión pero no sabían cuándo dar el paso, ese que lo estaba haciendo él por la seguridad de su mujer, aunque ella quería acompañarlo justificando que debían hacerlo juntos, pero él no dejaría que le hicieran daño de nuevo, porque las palabras dañan y quería asegurarse que a la próxima -Si es que había próxima- todo estuviera apacible.

Caminar por ese corredor tan inerte y frío le hacía darse cuenta del tiempo que había pasado, esos que fueron los más amados y alegre de su vida, 6 años de lo sucedido, 6 años amando a su familia.

Firmó los papeles de visita bajo la atenta mirada de una señora de ojos cansados imponiéndose las ojeras en su rostro, un funcionario se acercó a él pidiéndole que deje en una balsa plástica transparente los objetos prohibidos de entrar, luego de dejarlos tuvo una revisión corporal para después seguir al guardia llevándolo por unos cuantos pasillos deteniéndose al frente de una puerta

Guardia- Sin contacto físico, tiene 20 minutos- Sin esperar una respuesta un pitido dio permiso para abrir la puerta, al adentrarse a esta pudo apreciar lo pequeña que era, en el centro una mesa de acero con dos sillas del mismo material, una frente a la otra siendo separadas por la mesa, al acercarse pudo ver que la parte opuesta donde él estaba había algo sobresaliendo que tenía forma circular fijada en el borde de la mesa.

Sentado miraba la puerta frente a él, esperando que los tortuosos segundos se apresurarán y dejaran que vea a su padre. De nuevo el pitido haciendo resonar el pequeño cuarto dejando ver como un cuerpo robusto entraba por la puerta seguido de un oficial, este tenía la mirada agachada y las manos esposas al frente, Natsu al solo ver su presencia se sintió pequeño, que a pesar de tener 25 años el hombre frente a él lucia aún más mayor haciéndolo ver formidable. El oficial lo acercó a la mesa y al sentarse soltó una mano esposada poniendo ese extremo en el enganche circular, el cuarto se fundió en silencio luego que el oficial saliera.

No sabía que decir o cómo actuar, seguía con la mirada agachada obstaculizando su rostro a Natsu quien sabía que los minutos pasaban y si quería cerrar ese círculo debía hablar, pero interrumpieron su acción dejándolo escéptico

Igneel- Lo lamento- Simples dos palabras, pero dudaba de la verdad en ellas, a pesar que Lucy lo perdonó queriendo dejar esos sentimientos negativos a un lado y crecer como se lo había prometido sabiendo que todo eso no le llevaba a nada y aún más cuando tenía la prueba de felicidad a sus ojos todos los días, pero Natsu seguía reacio, aunque creyó por mucho tiempo odiarlo, se dio cuenta que no podía, aunque la admiración murió al igual que la confianza no podía cerrar esa cicatriz hasta tenerlo frente a él, una parte de él aún recordaba lo diferente que era su padre cuando era niño, ese hombre amable y lleno de vida se dejó llevar por el dolor y el odio.

Natsu- ¿Cual?- La pregunta lo descoloco logrando que elevara su rostro para encontrarse con un rostro sereno, ese que no volteó a verlo cuando lo arrestaban, pero no se quejaba de su reacción por que al cabo del tiempo entendió lo que había hecho, lo que había provocado y logrando apartar a su hijo, se arrepentía, muchísimo, pero sabía que no había vuelta atrás y aunque en un comienzo maldecía a todos, se dio cuenta que el maldito era sólo él, a pesar de que era imposible, anhelaba una segunda oportunidad, quería redimirse y recuperar sólo una cosa, el amor de su hijo -¿Cual fue el momento que todo se fue a la mierda?, ¿En verdad hubo un momento?, o fue algo que siempre estuvo en ti... a pesar de mi, a pesar de nuestra felicidad decidiste arruinarlo todo, y aunque que agradezco y siempre lo voy hacer es en tu decisión el que conociera a Lucy, ¿Igneel de verdad lo lamentas?- Tal vez estaba siendo duro, pero las palabras salían por si solas, esas que fueron aguardadas por mucho tiempo y esperaba que sus respuestas fueran sinceras

Sin Importar Que... ~NaLu Fanfic~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora