Capítulo Especial| Aniversario

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D I A N A🔮🔮🔮

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D I A N A
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Me quito la cofia del pelo y el cubre bocas arrojándolos al tacho de la basura mi uniforme desechable está cubierto de sangre y todavía me quedan tres horas para salir de este hospital. Los nuevos internos que me acompañaron en la cirugía me miran esperando órdenes para seguir o simplemente están impresionados por la cantidad de sangre que puede salir del cuerpo de un niño.

– Si alguno de ustedes no tiene un café para mi pueden irse a hacer sus rondas no hay más nada para ver aquí – desatando los nudos del traje que llevo puesto veo como los internos desaparecen de mi vista. Arrojando mi uniforme usado al tacho me lavo las manos viendo cómo se llevan a mi paciente recién operado con un corazón nuevo y una vida por delante donde no se cansará mientras camina o juega con sus hermanas menores.

– Buen trabajo allí dentro doctora Black – apretando mis puños comienzo a contar internamente hasta diez para no estrangular a mi colega y arruinar mis manos que valen dos millones de dólares.

– Doctor Coleman soy una profesional en mi trabajo y le aseguro que la próxima vez que intente meterse en mis cirugías no seré yo la que termine cubierta de sangre – pasando a un lado del doctor ego como lo apodaron las enfermeras y algunos de los internos me voy a mi ronda por el área de cardiología. Atando mi cabello en una coleta alta visualizo a la familia de mi paciente recién operado, ellos se acercan a mi apenas me ven con un montón de preguntas.

– La cirugía fue todo un éxito Peter podrá tener la vida de un deportista olímpico como desea – contesto sonriendo apenas a la familia que se emocionan abrazándose y llorando de felicidad. Me giro para irme y darles su espacio para que celebren entre ellos, pero algo atrapó mi bata impidiendo mi salida. Vuelvo mi mirada hacia abajo encontrándome con la hermana menor de mi paciente, ella cincha mi bata dos veces más para captar mi atención. – ¿Qué sucede? – pregunto agachándome a la altura de la pequeña castaña con coletas demasiado adorables.

– Gracias por salvar a mi hermano – tirándose encima de mí me abraza por el cuello tomándome por sorpresa. Rodándola con mis brazos la abrazo de vuelta hacia mucho que no recibía un abrazo por parte de un niño desde que Nina creció pocas veces puedo darle un abrazo. – Cuando sea grande quiero ser una doctora como tú – separándome de la niña sonrió un poco.

– Si trabajas duro serás la mejor cirujana de cardiología del país – toco la punta de la nariz de la niña para luego ponerme de pie y encontrarme con los internos que no están merodeando a sus residentes. – ¿Traen mi café? – con mis manos en las caderas observo a cada uno hasta que un café expreso aparece en mi campo de visión. Miro al costado para ver a quien debo otorgarle el honor de asistirme en el siguiente caso que se presente. No era ningún interno, mucho menos un residente, pero si conocía a esa persona demasiado bien con una sonrisa tome el café y gire a ver a los internos. – Busquen a la doctora Herrera ella les dirá que hacer – todos desaparecen de mi vista y regreso a mirar a mi esposo. Sin su bata blanca puesta y con la ropa de calle no puedo evitar sentirme la mujer más afortunada de la tierra mi esposo es demasiado sexy.

El hijo de Hades y Persefone [1.3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora