Capítulo 32

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– Sean solo déjame sola

– No lo pienso hacer – cerré la puerta de la habitación evitando que saliera – debemos de hablar ahora

Observo como mi esposa camina en círculos por la habitación, está empeñada en ir a casa de mi hermano pero no la pienso dejar salir, es peligroso dado su estado de embarazo; ella debe de descansar para que estén bien, ni siquiera pienso dejarla bajar sola las escaleras

– Princesa...

– Estoy irritada no es el momento para escucharte o diré cosas que no quiero así que déjame salir para que me tranquilice y podamos hablar más calmadamente

– Ginger debes recostarte estas embarazada...

– Exacto Sean estoy embarazada más no desahuciada – mi princesa se altera – no puedo pasar las 24 horas del día acostada sin hacer nada, el bebé y yo estamos bien

– Pero y si te sientes mal por bajar las escaleras o caminar demasiado

– Sean por favor me estas volviendo loca, desde hace dos meses que nos enteramos del embarazo me asfixias demasiado y casi me quieres dejar encerrada en esta habitación

– Eso no es verdad solo los cuidó, sabes que eres lo más importante que tengo y ahora nuestro bebé también lo es

– Pero exageras, la casa de tu hermano está frente a la de nosotros son como 100 pasos

– Son muchos

Mis palabras hacen que su boca se abra con sorpresa, ¿Acaso no entiende que solo la quiero cuidar tanto a ella como a nuestro bebé?; doy un paso hacia ella pero retrocede acción que me hace fruncir el ceño, nuevamente me acerco pero ella vuelve a retroceder, Ginger da media vuelta y se encierra en el baño

– Ginger abre la puerta – muevo la manija pero le ha puesto el seguro – no quiero discutir

– Solo abandona la habitación o me quedare aquí

Miro mi reloj y maldigo pues en menos de 30 minutos es la hora de la comida, ahora mismo está enojada y dudo que quiera comer conmigo, respiro profundamente antes de abandonar la habitación a medio camino me encuentro a Cat quien felizmente trae chocolates

– Hola hermanito

– Cat – dejo un beso en su mejilla – ¿De nuevo chocolates? Sabes que Ginger no puede comer azucares...

– Dale un respiro – esconde la caja detrás de su espalda cuando intentó quitársela – Gin necesita comprensión, amor y un poco de libertad ¿Sabías que tiene antojo de estos?

– Si pero le hacen daño...

– Solo si los come en exceso, uno o dos no le harán daño es muy malo que se quede con antojos

Sin decirme más pasa a mi lado protegiendo la caja de chocolates, me quedo en el pasillo respirando para tranquilizarme, todos dicen que cuido demasiado a mi princesa pero no lo puedo evitar, tan solo de pensar que ella y nuestro bebé puedan herirse me pone la piel de gallina

Tomo respiraciones profundas dejando que la frustración abandone mi cuerpo, no quiero cometer imprudencias nuevamente; estando más tranquilo me acerco a la habitación pero me detengo al escuchar el llanto de mi esposa, decido entrar pero su voz me detiene

– Amo a Sean pero ya no lo soporto

– Gin tranquila o le hará daño al bebé

– Es que no puedo – escucho como limpia su nariz – Sean está muy sobreprotector que me asfixia, esta semana solo fue un día a la oficina y toda la semana he comido aquí

– ¿Qué?

– Cat, tu hermano no deja que salga de la habitación, ni siquiera al jardín – volvió a sonarse la nariz – no sé qué le sucede y ya no lo soporto más

– Solo entiéndelo un poco quizás él este temeroso de que puedan volver a perder al bebé

El silencio se instaura dentro de la habitación; me alejo de ahí pensando en lo que escuche ¿De verdad la estaba asfixiando? ¿Estaba exagerando con su cuidado?; bajo las escaleras y me conduzco hasta mi despacho el cual he adaptado como mi oficina

Después de mucho tiempo deseo beber una copa de Whisky o al menos un poco de vino pero sé que eso solo decepcionara a mi familia pero sobre todo a mi princesa; me quede largas horas dentro del despacho donde solo mire hacia el jardín, cuando oscureció salí de ahí yendo a la habitación

Mi esposa se encontraba en su linda bata lila esa que le regale cuando sus pijamas ya no le quedaban, pasaba sus manos con crema por sus brazos, ella es mi todo, mi mundo entero; avente mi saco al sofá para poder abrazarla, la necesitaba más que nunca

– Lo lamento tanto, princesa pero tengo tanto miedo de que algo les pase

– No volveremos a perder a nuestro bebé – Ginger se giró abrazándome – me estoy cuidando con extremas precauciones, no he dejado de tomar las vitaminas, como a mis horas, he dejado de consumir tantos azucares pero lo que necesitamos es estar tranquilos

– Perdón, sé que exagere demasiado pero...

Mi princesa me besa callando mis palabras, me dedico a besarla y acariciar su espalda, desde que supimos de su embarazo no la he tocado pues no deseo lastimarla o que se enoje por querer hacerle el amor; sus manos comienzan a desabrochar mi camisa

– A partir de ahora quiero desayunar en el comedor, tomar el sol en el jardín, visitar a mi hermano, a mi familia, a Janees y a tu madre – tras quitar mi camisa sus manos bajaron a mi pantalón – quiero ir de compras para nuestro bebé, comer algunos chocolates y tener sexo ¿Entendido?

– Accederé a eso siempre y cuando me avises donde estas, que limites las salidas más allá de la casa de nuestra familia y por supuesto que no trabajes, no quiero que te estreses

– De acuerdo – extendió su mano hacia mí – señor Rosseu ¿Tenemos un trato?

– Por ultimo no tendremos sexo – su sonrisa se desvaneció, enrolle mis brazos a su cintura – usted y yo señora Rosseu siempre haremos el amor, nunca vuelvas a decir solo sexo ¿Entendido?

– Bien amor – me agache a besar sus labios – ahora ¿Puedes hacerme el amor? Que muero de ganas desde la mañana

– Creo que te dejare embarazada más seguido

Con sus risas la lleve a la cama, la tomaría de manera delicada para no lastimarla; estaba accediendo a sus peticiones para que estuviera tranquila aunque dejarla salir sola me pusiera los nervios de punta, acaricie su rostro, amaba verla y saber que era mía, mi mujer

– Te amo tanto mi princesa    

SEAN: Rosseu #2 [COMPLETO ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora