A partir de ese momento el tiempo voló. Cuando vine a darme cuenta
estábamos a finales de febrero. Lo extraño era ver cómo Marcus
y yo nos habíamos adaptado a una rutina y pasábamos la mayor
parte del tiempo juntos. Yo solía vivir más en su cuarto que en el
mío, ya que Kira pasaba todo el tiempo que podía con Paul, aunque
todos los días comíamos juntas y buscábamos tiempo en nuestras
ajetreadas agendas para pasar unas horas haciendo terapia de amigas
o contándonos confidencias.
El que había cambiado por completo su comportamiento había sido
Yoko. Paraba poco por su cuarto desde que Alison había terminado
su relación con él. Su estado de ánimo había pasado de una apatía
sorda a caer en picado en una espiral de desenfreno. Prácticamente
no iba a clase; se levantaba poco antes de que anocheciera, lo justo
para meterse de lleno en juergas salvajes, borracheras interminables
y garitos poco recomendables. Otra de sus aficiones era liarse con
toda chica que se le ponía a tiro, sin importarle en absoluto su edad
ni procedencia: él las utilizaba y luego las dejaba. Su comportamiento
había empezado a preocupar a Marcus, que intentaba, de alguna
manera, sacar a Yoko del sórdido agujero en el que había caído.
Quería tener de vuelta a su antiguo amigo, pero Yoko parecía cada
vez más atrapado en esa vida de desenfreno.
En varias ocasiones le comenté a Kira el comportamiento tan destructivo
que su hermano estaba teniendo. En un primer momento,
Kira no parecía preocupada. Marcus y su hermano habían sido terroríficos
en su primer año de universidad y estuvieron a punto de
ser expulsados. No fue hasta que Alison entró en la vida de Yoko
que este comenzó a cambiar: se volvió responsable; empezó a sacar
buenas calificaciones; incluso dejó el look de chico rebelde.
—Ya te puedes imaginar: mis padres adoraban a Alison, pero a mí
nunca me gustó —soltó Kira con retintín.
—¿No crees que deberías hablar con él?.
—¿Y crees que a mí me escucharía? No Lia, no es la primera vez que
ESTÁS LEYENDO
Pase lo que pase
Подростковая литератураLia se ve obligada a cursar sus estudios en la Universidad de Harvard, en el Estado de Massachusetts, bajo la amenaza de que si se niega el peso de la ley caerá sobre su madre. Así que, con muy poca gana y un plan en su cabeza se sumerge de lleno...