A parir de ahí Kira se volvió mi sombra, por no decir los chicos,
Dylan me acompañaba a casi todos lados y cuando este no podía
lo sustituían Kira o Paul, empecé a sentir cierto agobio. Nunca me
encontraba sola y la verdad es que no quería parecer una desagradecida,
pero empezaba a necesitar mi espacio. Para recuperarlo tuve
que claudicar y aceptar llevar la pistola de Kira era la única salida
para que dejaran de ser mis sombras. Decidíd que debía darle las
gracias a Marcus pero no me sentía con fuerzas para un cara a cara,
sobre todo por el poco interés que había demostrado después del
incidente, dejando a las claras lo poco que le importaba mi estado
de salud, esa actitud me molestó bastante, pero no me sorprendió,
¿Qué esperaba?, ¿que creía que iba a ocurrí? En serio era tan estúpida.
Me amonesté a mi misma. Por ello decidí que lo mejor sería
llamarlo por teléfono para agradecerle todo lo que había hecho por
mí, no podía evitar sentirme en deuda con él, así que le pedí a Kira
el número, esta a regañadientes me lo dio. En un primer momento
nuestra conversación fue algo retraída y tirante, pero después de las
preguntas de rigor la conversación dio un giro volviéndose distendida
y agradable, me vi contándole lo protectores que eran mis amigos
y lo egoísta que yo era por querer mi espacio. Incluso le conté al
trato que me había visto obligada hacer con Kira. Al final nos vimos
soltando alguna que otras confidencias y riéndonos de otras tantas.
Me despedí de él con cierto pesar por mi parte, no quería irme, quería
seguir oyendo su voz ronca y llena de matices sensuales y su risa
tan penetrante que me cosquilleaba los sentidos. Al final colgué algo
triste, vi con asombro que nos habíamos tirado más de media hora
hablando. Esas nuevas sensaciones me dejaron descolocada decidí
que ahora más que nunca debía alejarme de Marcus, era demasiado
peligroso para mis sentidos y en estos momentos necesitaba todo
mi aplomo para superar ciertas cosas. Con esa firme resolución me
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Pase lo que pase
Novela JuvenilLia se ve obligada a cursar sus estudios en la Universidad de Harvard, en el Estado de Massachusetts, bajo la amenaza de que si se niega el peso de la ley caerá sobre su madre. Así que, con muy poca gana y un plan en su cabeza se sumerge de lleno...