Capítulo 21. Pase lo que pase

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Dejé de pensar y mi mente se concentró en el placer de ese beso

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Dejé de pensar y mi mente se concentró en el placer de ese beso.

Sentí cómo el cuerpo de Marcus se estremecía bajo mi tacto cuando

mis manos acariciaron su espalda a través de la ropa. Un calor conocido

me recorrió y el deseo aumentó. Con rapidez, mi respiración

acelerada se volvió entrecortada y el calor más abajo de mi vientre

me dio la bienvenida. Resurgieron con rapidez los antiguos deseos

y necesidades que había intentado desterrar de mi interior. Me sorprendió

lo poco que había servido mi lucha interna por deshacerme

de esa necesidad que había empezado a desarrollar por Marcus. Y

cómo la pasión me dominaba, sin importarme nada en ese momento

que no fuera él. Sus manos bajaron hasta el borde de mi jersey,

colándose en un solo movimiento por debajo de éste. Mi piel se

erizó de placer ante el calor de sus manos acariciando mi cintura y

subiendo con apetito hacia mis pechos, ahora expuestos a su toque.

Mis sentidos se desbordaron. A esas alturas, mi jersey yacía en el

suelo, junto a la camiseta de Marcus. En pocos segundos, mi pechos

quedaron liberados de la prisión en la que se encontraban, dando la

bienvenida a las manos de Marcus, que demostraba en ese momento,

la devoción que sentía por ellos. Yo a mi vez, recorrí con deseo

su musculoso cuerpo, mientras nuestras bocas, se exploraban la una

a la otra, saboreándose con deleite. Mis manos se volvieron atrevidas,

desabrochando el pantalón de Marcus y bajando su cremallera,

mientras besaba con anhelo su boca y su cuello, desplazándome hacia

su pecho. Bajando con pequeños besos por su abdomen, percibí

como Marcus tembló. Su mirada, inyectada en deseo, se volvió

más hambrienta. Cuando sus manos agarraron mi cintura, su boca

se apodero de la mía, empujando mi cuerpo hacia atrás y cayendo

ambos en la cama. Mis manos no se quedaron quietas, bajaron su

pantalón, mientras frotaba mi cuerpo contra el suyo, sintiendo el

calor que éste desprendía. Marcus me había quitado los pantalones

y yo ni siquiera me había enterado. En ese momento, una pasión

galopante me tenía totalmente abducida. Sus manos exploraron con

Pase lo que paseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora