Un ensordecedor ruido me traspasó los tímpanos. Levanté la mano,
intentando apagar a tientas el horrible sonido que me martilleaba
la cabeza. Mi mano tanteó la zona, buscando la música. Sentí algo
cálido a mi lado y abrí los ojos con lentitud. Solo ese movimiento
hacía que mis sienes protestaran. Cuando la presión bajó, fui consciente
de que a mi lado había un cuerpo, y, por lo que había tocado,
mi mano, estaba claro que se encontraba desnudo. Cuando esa idea
se hizo clara en la densa niebla de mi cerebro no pude reprimir
un grito. Impulsivamente me incorporé, con rapidez, haciendo que
todo mi cuerpo protestara. Me giré para ver a mi lado a Marcus con
el torso desnudo. Lo demás se encontraba bajo la manta, pero yo
sentía el calor de su piel contra la mía. Otro grito involuntario se me
escapó y mi cabeza protestó más alto, viéndome en la necesidad de
que mi mano la sujetara. Marcus me miró con una sonrisa pícara y
algo de dulzura en sus ojos.
—Marcus: dime que ésto no es lo que creo que es —dije arrastrando
las palabra con voz ronca. Sentía la lengua pastosa, como si fuera
cartón.
—Gata, ¿qué quieres que te diga? Creo que los hechos hablan por
sí solos.
—Maldita sea, Marcus. ¿Cómo has podido? —dije, no sin antes sentir
otro latigazo en mi cabeza.
—Disculpa, gata. Si no me falla la memoria fuiste tú la que te tiraste
en plan Kamikaze y, aunque te advertí, hiciste oídos sordos a mis
consejos y no me diste opción.
—¡Oh dios! ¿Qué he hecho? —exclamé con desesperación.
Una imagen se había colado en la espesa maraña de mi celebro. La
visión de un beso provocativo y húmedo me había traspasado como
un resorte. Intenté levantarme, rodeándome con la manta. Mi cuerpo
empezó a protestar, lo ignoré, y al segundo intento me levanté
tambaleándome. Recobré el equilibrio para mirar a Marcus.
—¡Maldita sea Marcus, tápate! —exclamé. Y otra punzada de dolor
me traspasó. Cerré los ojos con fuerza, muerta de vergüenza por
ESTÁS LEYENDO
Pase lo que pase
Teen FictionLia se ve obligada a cursar sus estudios en la Universidad de Harvard, en el Estado de Massachusetts, bajo la amenaza de que si se niega el peso de la ley caerá sobre su madre. Así que, con muy poca gana y un plan en su cabeza se sumerge de lleno...