No sin dificultad logró vencer Elizabeth la agitación que le causó la extraordinaria visita. Estuvo muchas horas sin poder pensar en otra cosa. Al parecer, lady Catherine se había tomado la molestia de hacer el viaje de Rosings a Hertfordshire con el único fin de romper su supuesto compromiso con Darcy. Aunque lady Catherine era muy capaz de semejante proyecto, Elizabeth no alcanzaba a imaginar de dónde había sacado la noticia de dicho compromiso, hasta que recordó que el ser tan amigo de Bingley y ella hermana de Jane podía haber dado origen a la idea, ya que la boda de unos predisponía a suponer la de los otros. Elizabeth había pensado, efectivamente, que el matrimonio de su hermana los acercaría más a ella y a Darcy. Por eso mismo debía de ser que los Lucas (por cuya correspondencia con los Collins) presumía Elizabeth que la conjetura había llegado a lady Catherine.
Pero al meditar sobre las palabras de lady Catherine, no pudo evitar cierta intranquilidad por las consecuencias que podía tener su intromisión. De lo que dijo acerca de su resolución de impedir su casamiento, dedujo Elizabeth que tenía el propósito de interpelar a su sobrino, y no sabía cómo tomaría Darcy la relación de los peligros que entrañaba su unión con ella. Ignoraba hasta donde llegaba el afecto de Darcy por su tía y el caso que hacía de su parecer; pero era lógico suponer que tendría más consideración a Su señoría que a ella, y estaba segura de que su tía le tocaría su punto débil al enumerar las desdichas de un matrimonio con una persona de familia tan desigual a la suya. Dadas las ideas de Darcy sobre este particular. Elizabeth creía probable que los argumentos que a ella le habían parecido tan débiles y ridículos, se le antojasen a él llenos de buen sentido y razonamiento.
De modo que si Darcy había vacilado antes sobre lo que tenía que hacer, cosa que a menudo había aparentado, las advertencias e instancias de un deudo tan allegado dispararían quizá todas sus dudas y lo incitarían de una vez y para siempre a ser todo lo feliz que le permitiese una dignidad inmaculada. En ese caso, Darcy no volvería a Hertfordshire. Lady Catherine le vería a su paso por Londres, y el joven rescindiría su compromiso con Bingley de volver a Netherfield.
"Por lo tanto- se dijo Elizabeth-, si dentro de unos días recibe Bingley una excusa de Darcy para no venir, sabré a qué atenerme. Y entonces tendré que alejar de mi toda esperanza y toda ilusión sobre su constancia. Si se conforma con lamentar mi pérdida cuando podía haber obtenido mi amor y mi mano, yo también dejaré de lamentar pronto el perderle a él".
La sorpresa del resto de la familia al saber quien había sido la visita fue enorme, pero se o explicaron del mismo modo que la señora Bennet y Elizabeth se ahorró tener que mencionar su indignación.
A la mañana siguiente, al bajar de su cuarto, se encontró con su padre que salía de la biblioteca con una carta en la mano.
-Elizabeth- le dijo-, iba a buscarte. Ven conmigo.
Elizabeth lo siguió y su curiosidad por saber que tendría que comunicarle aumentó al pensar que a lo mejor estaba relacionado con el día anterior. Repentinamente se le ocurrió que la carta podía ser de lady Catherine, y previó con desaliento de lo que se trataba.
Fue con su padre hasta la chimenea y ambos se sentaron. Entonces el señor Bennet dijo:
-He recibido una carta esta mañana que me ha dejado perplejo. Como se refiere a ti principalmente, debes conocer su contenido. No he sabido hasta ahora que tenia a dos hijas a punto de casarse. Permíteme que te felicite por una conquista así.
Elizabeth se quedó asombrada creyendo que la carta en vez de ser de la tía era del sobrino; y titubeaba entre alegrarse de que Darcy se explicase por fín, u ofenderse de que no le hubiese dirigido a ella la carta, cuando su padre continuó:
ESTÁS LEYENDO
Orgullo y Prejuicio Jane Austen
Storie d'amoreLas señoritas Bennet son cinco hermanas de una familia muy respetada de Hertfordshire, asisten a bailes y conviven con sus amigos del pueblo, pero su vida cambia cuando llega un apuesto caballero, y, tras un baile, los sentimientos comienzan a emer...